Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Fernando Cobo:
4
Drama. Comedia Un grupo de amigos en los treinta y tantos se ven golpeados por la muerte de Sam, el más joven de todos ellos. Tras el funeral deberán cumplir su última voluntad: un peculiar juego que pondrá sobre la mesa miedos, deseos, prejuicios y secretos ocultos. (FILMAFFINITY)
24 de marzo de 2021
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que siempre es de agradecer que aparezcan nuevas voces o realizadores en la industria del cine patrio y que en Cataluña se hace un cine con identidad o "denominación de origen" propia, reconocible, en muchas ocasiones por rasgos positivos y otras no tanto.
Esta que nos ocupa en concreto, para ser sinceros, tiene poco de original. Ni en el título, que podría confundirse con otras tantas películas que comienzan por "Cosas que"; como en el argumento, que comparte prácticamente en su totalidad con las también catalanas "Litus" y "Las distancias".
La historia es por tanto ya conocida y vista: grupo de amigos cuarentones (qué generosa me parece la reseña de filmaffinity denominándolos de "treintaytantos"), que se reúnen para homenajear o cumplir la última voluntad de un amigo fallecido. Por supuesto, la película tiene que tener los ingredientes habituales de este tipo de producciones: la música (me recordaba todo el rato a la serie "Citas"); los planos "guays" de calles, playa; la casa guay también rollo loft con paredes de ladrillo visto, y por supuesto y más importante: el parloteo, no siempre trascendente o necesario o natural.
Y es que hacer una película coral, de personajes, debe ser más difícil de lo que parece. Sobre todo cuando tu pretensión de buenrrollismo y a la vez trascendencia vital y todo eso se ve lastrada por un grupo de personajes, supuestamente amigos, que dan notadas muestras a lo largo del metraje de no aguantarse mucho. Hay malos rollos, pullas, piques, sospechas, flirteos, malas caras y malas palabras entre todos, que se podrían atribuir a dos causas: la ingesta de cosas, que ingieren mucho, o simplemente achacable a una profunda inmadurez, más propia de adolescentes que de cuarentones.
Porque en la búsqueda constante por dar sentido a su vida o darle un giro o sentirse plenamente vivos, solo se les ocurre hacer estupideces. Sencillamente, son un grupo de estúpidos haciendo estupideces. Y claro, con tal panorama, y a sus edades ya, cuesta empatizar o sentirse identificado; a no ser que uno también lo sea (estúpido e inmaduro digo), en cuyo caso supongo que hasta habrá gente que se ría mucho. Para quien esto escribe, que está en la misma edad de los protagonistas, pasó lo peor que podía pasar visionando una película que pretende hacerte sentir empatía: que todos me provocaban profundo rechazo y hasta cabreo con sus comportamientos.
Baste para muestra de esa inmadurez que en el momento en que tienen que cocinar solo son capaces de hacer espaguettis con tomate.
Tan solo el actor Sergio Caballero representa un papel coherente, creíble y contenido. No podía ser de otro modo dadas sus circunstancias, claro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fernando Cobo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow