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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
7
Drama Memorable interpretación de Joan Craword en el papel de una mujer acusada de asesinato que se somete a una operación de cirugía estética para cambiar de vida. Remake de un drama sueco de 1938 protagonizado por Ingrid Bergman. (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2011
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Un rostro de mujer" es un buen melodrama, al más puro estilo clásico, que desde su inicio promete entretenimiento, y lo consigue, a través de sus flash-backs, en que cada personaje da su visión de los hechos en un juicio por asesinato. La juzgada es Anna Holm, una mujer con un pasado claroscuro. Su problema, no es sólo físico, sino también emocional. Marcada de por vida, sus actos están presididos por su rechazo social. La llegada del amor abrirá una nueva etapa en su vida.
Se trata de una adaptación de una obra teatral de François de Croisset que tres años antes ya había sido llevada al cine por el sueco Gustav Molander, constituyendo uno de los primeros éxitos de Ingrid Bergman.

Se dice que George Cukor ha sido uno de los mejores directores de actrices que ha habido en Hollywood, y a juzgar por lo que aquí hace Joan Crawford y por cómo la retrata, no cabe sino ratificar esta afirmación. Aquí realiza una de sus interpretaciones más memorables.
No ha sido Joan Crawford una de las actrices más bellas del star-system, pero la fuerza que transmite en sus interpretaciones la hacen insustituible. Una fuerza arrebatadora a lo Bette Davis. Una excelente muestra de ello es “Alma en suplicio” (Mildred Pierce, 1945), obra maestra del film noir.

La pelicula me ha gustado, como todo buen melodrama bien estructurado, conciso y con dosis de intriga y tensión, aunque el final roza un poco lo previsible. Me parece que esta película, de haber caído en manos de Douglas Sirk, habría hecho de ella uno de esos dramas intensos, a veces crueles, de los de aguantar la lágrima en el ojo. Una maravilla.

Dejando hipótesis al margen, al film hay que reconocerle muchos logros. Entre los más destacados, la fotografía que hace auténticos méritos durante buena parte del film, como si de la fotografía de un "noir" se tratase, para ocultar el rostro de Joan Crawford. Una labor de extraordinaria calidad, obra de Robert Planck, que ya había trabajado con Cukor y Crawford en “Susana y Dios” en 1940. Entre sus trabajos están “Madame Bovary”, “Mujercitas” o “Los contrabandistas de Moonfleet”.

La segunda parte del film parece alargarse un poco, pero como de lo que se trata es de ver a Joan Crawford, auténtico animal cinematográfico, acaba dejando un buen sabor de boca.
Es una película sobre el rechazo, la autoaceptación, la ambición desmedida, el odio y el amor.

En definitiva, quien quiera ver un buen melodrama hecho para disfrutar, con una actriz de una personalidad deslumbrante, no se arrepentirá.
Gabriel Ufa
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