Esta "fiesta del amor" o "juego del amor" que nos propone Robert Benton está cargada tanto de buenas intenciones como de desapasionada corrección. Se trata de conducir el amor por una serie de personajes y observar sus efectos. Lo que en principio, dadas las bondades de su cartel, puede parecer un pastel considerable se torna en ejercicio de casi negrura, "Feast of love" es más un melodrama al que rescata siempre en último momento cierto aire de optimismo o creencia en el amor. El reparto es generoso, sobresale ante todos una vez más el sobrio y sabio Morgan Freeman que no tiene otro actor a su altura en el film así que se deja caer con Greg Kinnear que no satura y progresa adecuadamente. En lo demás una serie de lecturas unas más acertadas que otras, unas mejor escritas que otras, dando pié a un conjunto un tanto inanimado que no traspasa la piel, pero que tampoco duele.