Primera película del actor Chris Eigeman tras la cámara, "Turn the river" es un drama contenido pero "in crescendo" alrededor del mundo del billar y de la relación de una madre con su hijo al que casi no puede ver por decisiones judiciales y con el que quiere escapar del país. Oportunidad para la actriz holandesa Famke Janssen de protagonizar un film alejado de la mercadotecnia americana, más pequeño que no menos interesante en principio. Eigeman no sólo debuta en la dirección sino también en la escritura del guión. En esto último radican tal vez sus principales defectos, su no demasiada prestancia a profundizar en el personaje principal, la tosquedad con la que da forma al padre y a la abuela del niño, la en general insuficiente definición del carácter del niño. En conjunto la historia es atractiva y da pie a ciertos momentos de interés dramático, no podemos decir que el tratamiento del juego de billar sea de los mejores pero sí que podemos decir claramente que su mezcla de mesas y drama es más satisfactoria que la del último film de Gracia Querejeta. Pero es en los pequeños detalles donde "Turn the river" tiene sus obstáculos para perdurar, se hace necesaria una mayor elaboración en los personajes y probablemente más momentos "mágicos" e impactantes como alguno que otro hacia el final, que aún siendo previsible se conforma como lo mejor del largometraje.