No es un documental al uso que trata sobre cosas, animales o personas en general, sino que trata sobre la lucha contra los abusos sexuales en niños por parte de los sacerdotes de la iglesia católica centrándose en una persona concreta que sufrió dichos abusos, hoy casado y con dos hijos. Tiene una gran diferencia con la mayoría de los documentales y es que el tema está personalizado y vemos con cara, nombres y apellidos a la persona que sufrió los abusos por parte de un sacerdote cuando era un niño. Exponerse de esa manera al mundo es de un gran valor y sin duda puede conseguir en parte su pretensión de que eso no se repita. Sacar a sus hijos ya me parece algo en lo que no estoy de acuerdo porque en el futuro esos niños podrían sufrir consecuencias no deseadas por haber salido con nombres y apellidos en todo el mundo. Creo que aquí no se ha respetado la protección del menor. Normalmente no tomo partido por los temas que tratan las películas y me dedico a juzgarlas del modo en que exponen esos temas en la pantalla, del modo cinematográfico. Pero aquí es imposible no tomar partido y durante todo el tiempo he sentido un inmenso dolor y tristeza por los hechos que se cuentan y una enorme rabia cada vez que salía, en el juicio, el cura que abuso de esos y otros niños. Siento rabia por como la iglesia ha intentado ocultar esos hechos y pienso que si ella misma los hubiera denunciado para que los jueces humanos tomaran sus decisiones muchos otros sacerdotes se habrían abstenido de hacer lo mismo. Yo no se si después de todo el movimiento que se está produciendo en la sociedad al darle publicidad a esos abusos, el número de ellos ha disminuido pero desearía que así fuera. Cinematográficamente la película es muy correcta y se dosifican los aspectos dramáticos combinándolos con datos para que el ritmo sea el adecuado.