Anthony Quinn reparte encanto para su familia y violencia para el resto. Farley Granger, un actor que siempre me ha gustado, es un niño pequeño a su lado que quiere aprender a progresar por el lado más obscuro de la vida. Anne Bancroft es la hermana del primero, y futura esposa del segundo, siemple en situación de inferioridad ante el poder masculino, ya sea por vía fraterna o marital. Y luego están los métodos de Quinn para conseguir convencer a sus amigos para traicionarse unos a otros; y, por último un periodista sin miedo.
No quiero contar más, que os la estropeo.
Quinn sale muy joven y es un papel con garra, que le va muy bien. La historia no decae en ningún momento y atrapa desde el comienzo. No es muy conocida esta película pero voy a indagar más sobre este director, que por lo que veo es un especialista en cine negro serie B, que es uno de mis placeres favoritos.
Que grande es el cine negro de los 40 y 50, es un pozo sin fondo, es un mar inagotable de sensaciones, es algo que te transporta a otro mundo, a una forma de divertirse, la de los gángsters y demás delincuentes que ya la querríamos cualquiera de nosotros; y esas chicas tan guapas que salen en este tipo de cine.
Bueno que me estoy yendo del tema.
Así que música maestro, dejen de leer críticas, enciendan la televisión y vean la película.
spoiler:
Spoiler: Y de adulto sin rumbo.