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Voto de carlos bosch benitez:
8
Thriller. Intriga En 1900 tres fareros llegan a una isla despoblada. Thomas, James y Donald comienzan sus tareas en el faro hasta que un día topan con algo extraño, algo que no es exactamente lo que un farero debería vigilar. Las cosas se complican cuando avistan un barco que podría tener todas las respuestas, desatando una serie de sucesos progresivamente trágicos. Basada en la leyenda de la isla de Flannan.
9 de mayo de 2019
39 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ocurre últimamente que cuando doy con una película simplemente pasable me suele parecer una obra de arte, tal es el triste panorama actual del cine. Lo digo porque a mí esta película me ha gustado muchísimo, y tal vez, si el contexto fuera otro, no sería para tanto. Desde que empezó la ola del cine ideológico me cuesta ser objetivo.
En primer lugar, me parece una obra honesta. El autor cuenta una historia de la mejor manera que sabe, sin pretender agradar a los críticos ni tomar por idiota al espectador. Es verdad que el guión flaquea un poco a partir de la segunda mitad, pero mientras duró la proyección yo al menos no lo noté.
La historia del tesoro que se termina convirtiendo en una maldición me suena de otra película de hace algunos años, cuyo título he olvidado, aunque creo que también estaba ambientada en Escocia. En alguna parte leí que se trata de un tema clásico presente, entre otras obras, en las "Mil y una noches". En este caso, el director apuesta por situar su historia en el ambiente claustrofóbico de un faro situado en una perdida isla de las Hébridas. Todo el peso de la narración recae sobre los tres protagonistas que, a decir verdad, aguantan el embite magistralmente. Cada uno de ellos representa un tipo humano diferente dibujado con apenas cuatro trazos, pero que resulta perfectamente creíble. Cuando finalmente estalla el conflicto uno casi puede oler la presencia del mal en la isla.
La propia isla es tal vez la principal protagonista de esta historia cruel y sin concesiones, que debe gran parte de su eficacia al descarnado trabajo de cámara. A mí, no sé por que motivo, me ha traído a la memoria la emblemática "Perros de paja" de Sam Peckinpah, aunque ambas historias no tengan en realidad gran cosa en común. Salvo, tal vez, conseguir que el espectador pase un mal rato.
carlos bosch benitez
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