27 de agosto de 2019
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Sin duda, la famosa pintura de "Las espigadoras" de Millet, que se encuentra en el museo de Orsay de París, ha inspirado la puesta en escena de la película. Y no solo la referida obra, sino también otras de diversos pintores realistas de la misma época y parecida temática, que también se encuentran presentes. La fotografía preciosista hace que cada fotograma sea un cuadro. No se puede perder un solo plano. La trama del drama rural costumbrista no hace más que servir de justificación a los escenarios donde transcurre la acción Los trabajos del campo y la forma de ser de aquellas gentes son absolutamente fidedignos, lo cual constituye en sí mismo todo un documento. En aquel entorno, eran pocas las personas instruidas que sabían leer con soltura. Este difícil momento histórico dio pie a una economía de sobrevivencia que condicionó muchos movimientos migratorios desde la vieja Europa, sumida en guerras, conflictos sociales, explotación y hambrunas. En el film quedan retratadas genialmente, de forma directa o implícita, todas estas circunstancias. Leyendo entre líneas y disfrutando sin prisas de la riqueza visual que se brinda, la producción puede considerarse una obra maestra, todavía poco reconocida e insuficientemente valorada.
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