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Honduras Honduras · tegucigalpa
Voto de scarleth:
8
Comedia Charlie (Michael Douglas), un hombre mentalmente inestable, después de pasar dos años recluido en un centro psiquiátrico en California, trata de convencer a su hija Miranda (Evan Rachel Wood), una adolescente, de que, desde los tiempos de la dominación española, hay oro enterrado en alguna parte del extrarradio de la ciudad. (FILMAFFINITY)
4 de enero de 2009
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una comedia que trata los lazos familiares entre Evan R. W. y Michael Douglas que son los respectivos personajes principales.
Si bien cuando la vi me pareció que no era enteramente esa comedia que causa risas, risas y risas como lo esperaba al leer la temática central, me parece que trasciende un poco más de esas situaciones de carcajadas y bastante disparatadas las cuales Michael Douglas impregna la pantalla.

En realidad el filme mantiene una narración en todo tiempo nostálgica (o al menos así lo sentí yo) entre lo que fue en años pasados, cuando su hija, quien ahora lo cuida, era cuidada por él. Y entre cuando su padre estaba en el loquero y su hija ahora ya un poco más responsable que el mismo, gozaba de la independencia total, la cual ve invadida en cierta forma y defiende con recelo a partir de su reincorporamiento a su nueva vida.

Sin embargo el personaje de Evan Rachel wood, aun mantiene fe en su padre, pese a lo disparatada que sea cada idea que salga de su cabeza. Y eso más o menos explica el apego que debe tener padre e hijo, esa disposición por tener que creer lo que el otro diga, sin importar lo muy poco coherente que sea. Todo, para terminarnos de decir en la historia, y justamente el personaje de Evan, que era necesario para así unir lazos con su padre, y para asimismo recobrar la confianza, la empatía, y básicamente la familia, que es lo único que estos dos personajes tienen: el uno al otro.

Como adolescente madura y responsable de su propio padre, Evan Rachel wood conmueve, y hasta enternece. Como despreocupado e individuo de dudosa sanidad mental Michael Douglas divierte, inquietando a cada minuto a su pobre hija con su disparatadas obsesiones por encontrar un tesoro. Tesoro del cual remotamente creemos que realmente exista, pero de cual idea nos dejamos llevar para justificar la existencia de una alma por fin libre lejos de las garras de la reclusión y del entorno que lo rodea, el cual había ignorado por tanto tiempo.
scarleth
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