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Voto de Peter Gabriel 77:
9
Drama Esse ha perdido su trabajo como aprendiz de panadero, y tras ello se muda a Marsella, iniciando una nueva vida con un grupo de delincuentes, cuya pasión aparte de robar en chalets, es el boxeo. Esse les acompañará a los atracos, y hará recados y favores al líder, apodado el Ojo... (FILMAFFINITY)
9 de enero de 2010
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora sí, carguen escopetas, apunten y fuego a discrección.
Saturday se apunta otro tanto, te debo una postal el improbable día que visite París.
Apabullante obús de una veracidad escalofriante, más cruda que un invierno en Rusia y más certera que un tiro en el entrecejo. Pues va ser que sí, ésta es la cumbre de Zonca, como aventuraba discodavid. No inventa nada, de hecho viaja en un tranvía llamado fatalismo al que se suben los franchutes habitualmente, pero ésta toma como rehén al conductor y lo descarrila en la primera curva que encuentra. Transmite como pocas el evanescente embrujo, la pegajosa tela de araña de la vida rápida, fácil y delictiva de los barrios marginales de hoy en día, y pocos escenarios mejores para esta caída libre que Francia, como ya demostró El Odio hace más de una década. Adrenalínica, de estilo documental, filmada a base de puñaladas cortas al esternón. No hay tregua, como cantaban Barricada, este juego ha terminado mucho antes de empezar. Así lo presiente uno en los primeros compases de la función, pero poco importa, es imposible no verse arrastrado, ves venir la pared y no te queda otra que dejarte los dientes. Estás aquí para golpear y ser golpeado, le espetan al protagonista de la función, que realiza una interpretación formidable, al igual que el resto de secundarios, mientras lo cosen a hostias encima de un ring, y en fin, desde luego Zonca no es un gran admirador de Capra, eso queda demostrado, especialmente en una devastadora recta final que apunta a la yugular. Y ya digo, muchas películas juegan esta mano, me viene a la mente Solo Contra Todos de Noe, con un afán desmedido por epatar y desgarrar, pero aquí Zonca lo consigue con una naturalidad pasmosa y para nada forzada, sin un gramo de efectismo y una tonelada de efectividad.
Pues eso, tremebunda.
Peter Gabriel 77
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