Fue mejor que lo que se quiso reconocer. Diez años después de que Antonio Mercero lograse un gran éxito con la primera parte se rodó esta continuación que pasó con mas pena que gloria por la cadena estatal,abandonada a su suerte y sin apenas repercusión saltando de hora en hora de la parrilla televisiva como suele pasar con las series de escasa audiencia.

Y no dejaba de ser un producto al menos digno. Los personajes de la serie original habían dejado transcurrir el tiempo sin que nada habiera cambiado a mejor en sus vidas. Como la primera parte de la serie abusa del retrato de los problemas personales y deja de lado un retrato más verídico de la justicia española. Se echa en falta la existencia de tramas más centradas en casos judiciales como suele ser clásico en las series judiciales norteamericanas.

Tal vez por ese motivo la serie no llega a enganchar. Tiene eso sí unos excelentes actores. La pareja Echanove- Galiardo lo borda de nuevo. Lejos quedan las féminas.

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