Birdman es una lección de estilo. Las interpretaciones son estratosféricas, la fotografía y los planos sublimes. Sin embargo, algo me cojea de este film. A ratos el ritmo se hace pesado y repetitivo, el guión es predecible y no he parado de tener la sensación durante toda la película de estar viendo un plagio de Cisne Negro adaptado a la dramaturgia y al teatro dentro del cine.

Y me encuentro cansada de leer críticas de cine que exaltan la calidad del trabajo de los actores y únicamente se fijan en las características físicas de las actrices, como si ese fuera su mayor mérito (lo digo por los ojos de Emma Stone, que parece que son lo único que tiene para merecer estar en el film). Parece que ser actriz es sinónimo de ser una muñequita que escrutar (si actúa o no actúa bien es lo de menos), el cuento del nunca acabar...