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Voto de Sines Crúpulos:
6
Drama Camilo José Cela escribe en el prólogo a la primera edición de la novela: "La Colmena no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde sombra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad (...) no aspira a ser más que un trozo de vida narrado sin reticencias, sin extrañas tragedias, sin caridad, como la vida discurre, exactamente como la vida discurre. Queramos o no queramos. La vida es lo que vive -en nosotros o fuera ... [+]
7 de noviembre de 2007
53 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Hubo un tiempo, hijo mío, en el que en la indusria del cine patrio habitaron actores.
- ¿Qué es un actor, papá?
- Ay, hijo, aún eres muy joven para entenderlo.

Francisco Rabal, don Paco, Ricardo Sorbedo repite varias veces que sin "planteamiento, desarrollo y desenlace", ni hay novela ni hay nada. Imagino que el nobel que en un programa de Gurruchaga casi absorve en directo un litro de agua por el ano, puso estas palabras en boca de Sorbedo irónicamente, pues su propia novela, y en consecuencia la película, carece de esa norma y más bien se estructura en "introducción, desarrollo y cierre".

Esto, evidentemente, resta magia a una cinta en la que el trabajo de actores y la fotografía consiguen dibujar en tu cerebro un cuadro del hambre y el frío en aquel Madrid de época. Porque, no nos engañemos, pocos habrá por estos lares que viviesen en el Madrid de los cafés y las castañeras y ninguno de nosotros sabemos lo que es pasar hambre y frío. Lo más cercano es volver de chuzo una noche de enero a las 7 mañana después de perder la chupa, y rascarse el bolsillo para darte cuenta de que no alcanzas los 3 euros para zamparte un bocadillo de tortilla, antes de planchar la oreja.

El año de naranjito debió de ser un mal año para los actores que no trabajaron en esta película (creo que son 3; uno de ellos, Alfredo Landa).
Les honra a los afortunados que consiguieron papel, el saber ganarse una personalidad dentro de una película con más personajes que metraje. Una oportunidad de 10 minutos, y marcas gol. A ello contribuye, supongo, el peso de la forma y el fondo de la novela.
Sines Crúpulos
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