... Y treinta de Marmolejo, existió un castillo viejo que edificó Chindasvinto. Como dice este popular poema que compuso en 1899 el libretista Joaquín Abati Díaz y que tantas veces escuché a mi padre.
"A veinte millas de la Justicia" es mucho prometer tratándose de la inmigración ilegal que ya denuncia con valentía esta cinta en 1979. Más prudente es el título original, "Bordeline", que alude a la difícil frontera entre la neurosis y la psicosis y que luego se aplica generalizado a todo lo relativo a las líneas fronterizas.
Tema muy interesante llevado luego muchas veces a la pantalla y que aquí se plantea con bastante honestidad, mostrando por un lado a las verdaderas víctimas, "Los mojados no tienen futuro", y por otro a los criminales que se lucran explotando sus ansias por lograr un futuro mejor. "Vas a oír muchas historias tristes, no dejes que esto te afecte", aconseja un policía maduro a otro novato.
Sociológicamente impecable el planteamiento.
Cinematográficamente ya es otra cosa. Se nota mucho el aire televisivo con personajes tratados muy superficialmente, guion previsible y dirección que no pasa de correcta muy al estilo de las cintas setenteras.
Acción continua, ritmo irregular con altibajos en la tensión buscando el lucimiento del jefe de la policía de Inmigración de La Mesa (California), Jeff Patrol (Bronson), bastante comedido en el uso de la violencia para lo que es habitual en él. Algún palito a los "listos" del FBI. Correctos actores de reparto entre los que destaca un jovencísimo Harris.
Película entretenida que aborda el drama de los "espaldas mojadas", más de un millón al año que intentan o intentaban entrar ilegalmente en EEUU huyendo del hambre.
Si no se tienen grandes expectativas puede verse.