El pistolero retorna a su pueblo natal después de varios años de ausencia, Jess Brayn (Lee Lawrence). Expectación, sobre todo entre las familias que controlan y dominan la ciudad que quieren ganarse su voluntad.
Historia convencional pero en esta ocasión mal abordada. El argumento es complejo, hay demasiados personajes que van y vienen sin que el espectador consiga retenerlos en la memoria. El guion se embarulla mucho al intentar complicar demasiado la trama, lo cual no tiene muchos inconvenientes en el lenguaje escrito, en la novela, pero que cinematográficamente es ya mucho más complejo y aquí no se resuelve bien.
La cinta pretende crear un cierto suspense policial revolviendo y retorciendo personajes y acciones, pero lo único que se consigue es que el espectador se pierda al seguir un argumento tan enrevesado. Y es que para nosotros falla rotundamente la dirección que se muestra incapaz de aligerar y hacer comprensible la trama. Buscando sorprender con el desenlace, lo que se consigue es que lleguemos a este completamente desinteresados y nos de ya igual saber quien es el culpable de todo.
Ambientación y paisajes correctos, lo mismo que la interpretación de Lee, el resto resultan un tanto tiesos y envarados.
Película floja.