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Voto de Lafuente Estefanía:
7
Western Un sheriff de Colorado persigue a una despiadada banda de ladrones de trenes, que se refugian en Nuevo México, territorio donde él no tiene jurisdicción. Pronto averiguará que hay alguien más interesado en capturar a esos peligrosos bandidos. (FILMAFFINITY)
26 de noviembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es que "La vida juega malas pasadas", con estas palabras se resigna Chad Lucas (Murphy), sheriff de una ciudad de Colorado en la frontera con Nuevo México, cuando se reencuentra con una vieja amiga, Uvalde (Staley), a la que abandonó estando enamorado y que ahora es la cantante estelar del saloon de una localidad vecina y novia de su propietario.
La cinta narra los desencuentros y la posterior reunión entre ambos, en medio de la persecución a una peligrosa banda de forajidos que asola la frontera entre los citados territorios. Todo es acción, desde los mismos créditos, donde una voz en off nos plantea la situación mientras se suceden las escenas de robos y de atracos, hasta el trepidante tiroteo final.
Es cierto que a Murphy lo tenemos muy visto los aficionados al western de los 50 y 60, pero al final se va aprendiendo el papel, no es como el herrero de Pancrudo que de tanto martillar se le olvidó el oficio. No lo hace tampoco mal Staley ni el resto de actores, entre los que destacan varios secundarios. El guión está bien hilvanado, aunque tal vez le sobren las escenas de los indios. Pero es que han querido meter en la película un asalto al tren (preciosas imágenes), las tradicionales escenas de saloon (con una bella canción de Staley), la larga persecución a los bandidos a través de magníficos paisajes rocosos (indios apaches de por medio), una estampida de caballos en toda regla, viejas envidias entre defensores del orden y, en fin, el imprescindible triángulo amoroso.
Se enriquece la obra con algunas pinceladas sanitarias, como por ejemplo la farmacia o "Apoteka" que aparece de refilón en la ciudad. También la presencia del Dr. Mac que extrae con pinzas unas esquirlas de plomo de las sienes de Chad que luego desinfecta con alcohol. Según su costumbre recomienda reposo al impetuoso paciente, en lo que sigue de cerca la doctrina galenista de dejar obrar a la naturaleza del enfermo, sobre todo en este caso que la herida se acompaña de una fuerte conmoción que ha alterado su capacidad de visión ocasionando fases de ceguera transitoria, tal como comprobará en el momento de la verdad. A falta de otro remedio, en cierta ocasión se recomienda tratar una herida con "jugo de tabaco", es decir con la saliva que resulta de mascar tabaco, tal vez recordando aquello de "lengua canina es medicina".
Película interesante que reúne casi todos los tópicos del género con la que se pasa un rato distraído.
Lafuente Estefanía
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