La 'travesía por el desierto' es un estado del espíritu y - como su espejo - un género específico de la ficción, tanto en la literatura como en el cine. Después de descender a los infiernos por malas decisiones o negra fortuna, al hombre sólo le queda una opción: su aniquilación personal para, quizás, poder renacer de sus cenizas. Uno de los mejores exponentes que recuerdo de este género es Paris Texas de Wim Wenders. Conservo la imagen de un hombre atravesando de manera oblicua las vías de un tren improbable en medio de la nada. La determinación a la vez auto-destructiva y auto-sanadora del protagonista. Pero esa es otra película. Ésta, en cambio, me resulta fallida. Ausente de tensión e interés en las tres escalas del viaje que implica toda 'travesía por el desierto': caída, muerte y resurrección.