Media votos
6,9
Votos
621
Críticas
7
Listas
6
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de miguexgar:
10
6,5
4.724
Drama
Anabel (Susi Sánchez) abandonó a su hija Chiara (Bárbara Lennie) cuando esta apenas tenía ocho años. Treinta y cinco años después, Chiara regresa con una extraña petición para su madre: que pasen diez días juntas. Anabel ve en ese viaje la oportunidad de recuperar a su hija, pero no sabe qué intenciones tiene Chiara. (FILMAFFINITY)
19 de junio de 2018
80 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que esta película empieza con el hermoso plano de dos enormes árboles, metáfora de lo que son estos dos personajes, ya quedas atrapado en una historia que te rondará la cabeza durante días o semanas.
La historia va de una relación muy estrecha y muy ancha al mismo tiempo. Una relación de necesidad y al mismo tiempo de hartura, de indiferencia.
Por un lado una hija que en teoría busca a una madre que añora y por otro lado una madre que eligió su individualidad para buscar y encontrar su lugar en el mundo. Sin embargo. ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo? ¿Es el que la sociedad nos obliga a mantener?, ¿Debería una mujer sentirse obligada a ser madre a pesar de no querer?, ¿Tiene una hija que querer a una madre aunque la haya abandonado?, ¿Debe ser ese el amor universal aplicando el tópico "porque me parió"?
Esas y otras preguntas Ramón Salazar las plantea a la perfección en su película. Sus largos planos pero llenos de matices y contenido, nos evocan a las emociones más profundas de estas dos mujeres muy parecidas entre ellas. AL fin y al cabo ambas buscan sus intereses personales.
La historia va de una relación muy estrecha y muy ancha al mismo tiempo. Una relación de necesidad y al mismo tiempo de hartura, de indiferencia.
Por un lado una hija que en teoría busca a una madre que añora y por otro lado una madre que eligió su individualidad para buscar y encontrar su lugar en el mundo. Sin embargo. ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo? ¿Es el que la sociedad nos obliga a mantener?, ¿Debería una mujer sentirse obligada a ser madre a pesar de no querer?, ¿Tiene una hija que querer a una madre aunque la haya abandonado?, ¿Debe ser ese el amor universal aplicando el tópico "porque me parió"?
Esas y otras preguntas Ramón Salazar las plantea a la perfección en su película. Sus largos planos pero llenos de matices y contenido, nos evocan a las emociones más profundas de estas dos mujeres muy parecidas entre ellas. AL fin y al cabo ambas buscan sus intereses personales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Chiara necesita a Anabel para morir. A pesar de odiar a su madre quiere que la ayude en su última voluntad. Para cerrar el círculo no puede ser nadie más que su madre, la que le dio la vida y luego la abandonó.
Para Chiara supondría descansar en paz. Necesita ese último momento de amor verdadero. Siempre creyó que era 1 norma social absurda pero ahora en su último aliento lo necesita. Necesita la carne de su carne en su momento final y así acabar con el desgaste y el rencor. Esa escena de una madre e hija desnudas… Esa madre quitándole la vida a su hija… es de una intensidad abrumadora.
Realmente Chiara es esa gaviota muriendo a la orilla del lago, agonizando, sola, muerta de frío, con miedo y dolor. Anabel es la Chiara que coge a esa gaviota en sus manos la abraza, le da calor y un último sentimiento que le dará un empujón de vida para enfrentarse a la muerte en paz.
Chiara necesita pedirle un favor pero no sabe relacionarse con su madre. No ha aprendido ni ha necesitado hacerlo. Se ha curtido en el dolor del abandono. Por esa razón su afán es crear un vínculo. Buscar a su manera la ternura de su madre inventándose, por ejemplo, que salvó a su perra. Lo intenta torpemente con situaciones en las que Anabel se enorgullezca de ella o la vea vulnerable y con lástima. Chiara no sabe si ganársela con admiración o pena.
A Chiara los desprecios le salen solos, no los puede controlar. Son muchos años de dolor, una forma de vida y le supone un cambio muy duro en poco tiempo. Su dolor y rabia se han convertido en su cotidianidad y para ella es normal proyectarlos contra Anabel como cuando borracha la llama “puta”. O cuando la interroga hirientemente. O cuando la moja con la manguera y no sabe si busca un momento de complicidad o realmente fastidiarla. Amor-odio, odio-amor.
Chiara le dice a Anabel que le responderá con la verdad y sin miramientos a lo quesea. El espectador espera que su madre le pregunte sobre sus intenciones. Pero Anabel como una verdadera madre, sabe exactamente que preguntarle.
"¿Alguien más sabe esto?"
Ahí le da donde más duele. A Chiara le duele todavía el abandono pero sobretodo el sufrimiento de su padre (que sabe todo) y por eso la pregunta de Anabel conlleva a una respuesta dolorosa.
“sí, mi padre”
Eso desvelaría q su padre sigue vivo y tendría que explicarle el motivo real del reencuentro, abriría la profunda herida que tiene y que ella ha cerrado como ha sabido porque le interesa su ayuda. Así que no puede responder y se enfada. Anabel recula porque empieza a sentir aprecio (escena de madre protectora en la feria).
Hay un plano “secuencia” en una atracción en la nieve interrumpido por cortes que resume la necesidad de Chiara. Se deslizan y avanzan abrazadas como una verdadera madre e hija. Es como si retomaran sus vidas donde las dejaron. Es lo que hubiera necesitado Chiara. Pero ya es tarde. Puede que por eso el plano secuencia se vea interrumpido y cortado por el dolor, que aunque sabemos que es por su enfermedad, simboliza el dolor que le causó su madre con el abandono.
Hay dos secuencias muy parecidas. Ambas se acercan al tronco hueco de un árbol. Chiara lo hace al comienzo de la película y Anabel casi al final. Ambas se están enfrentando a sus miedos, a sus traumas. Están buscando en lo más profundo de ellas mismas. Pero no se encuentran porque deben buscarse la una en la otra. Aunque ambas no se hayan necesitado aunque ambas sean diferentes hay que cerrar el círculo. Y que mejor manera que aceptando la muerte de manos de la que te dio la vida. Desnudas, sintiendo piel con piel, calor con calor, respiración con respiración.
La verdad es que es precioso poder matizar tanto los personajes en tan poco tiempo y casi sin diálogos.
Sin duda me pasaría horas hablando de cada plano y secuencia de esta maravillosa película. Barbara y Susi están tan geniales que podrían tener su propio spin-off cada una.
Para Chiara supondría descansar en paz. Necesita ese último momento de amor verdadero. Siempre creyó que era 1 norma social absurda pero ahora en su último aliento lo necesita. Necesita la carne de su carne en su momento final y así acabar con el desgaste y el rencor. Esa escena de una madre e hija desnudas… Esa madre quitándole la vida a su hija… es de una intensidad abrumadora.
Realmente Chiara es esa gaviota muriendo a la orilla del lago, agonizando, sola, muerta de frío, con miedo y dolor. Anabel es la Chiara que coge a esa gaviota en sus manos la abraza, le da calor y un último sentimiento que le dará un empujón de vida para enfrentarse a la muerte en paz.
Chiara necesita pedirle un favor pero no sabe relacionarse con su madre. No ha aprendido ni ha necesitado hacerlo. Se ha curtido en el dolor del abandono. Por esa razón su afán es crear un vínculo. Buscar a su manera la ternura de su madre inventándose, por ejemplo, que salvó a su perra. Lo intenta torpemente con situaciones en las que Anabel se enorgullezca de ella o la vea vulnerable y con lástima. Chiara no sabe si ganársela con admiración o pena.
A Chiara los desprecios le salen solos, no los puede controlar. Son muchos años de dolor, una forma de vida y le supone un cambio muy duro en poco tiempo. Su dolor y rabia se han convertido en su cotidianidad y para ella es normal proyectarlos contra Anabel como cuando borracha la llama “puta”. O cuando la interroga hirientemente. O cuando la moja con la manguera y no sabe si busca un momento de complicidad o realmente fastidiarla. Amor-odio, odio-amor.
Chiara le dice a Anabel que le responderá con la verdad y sin miramientos a lo quesea. El espectador espera que su madre le pregunte sobre sus intenciones. Pero Anabel como una verdadera madre, sabe exactamente que preguntarle.
"¿Alguien más sabe esto?"
Ahí le da donde más duele. A Chiara le duele todavía el abandono pero sobretodo el sufrimiento de su padre (que sabe todo) y por eso la pregunta de Anabel conlleva a una respuesta dolorosa.
“sí, mi padre”
Eso desvelaría q su padre sigue vivo y tendría que explicarle el motivo real del reencuentro, abriría la profunda herida que tiene y que ella ha cerrado como ha sabido porque le interesa su ayuda. Así que no puede responder y se enfada. Anabel recula porque empieza a sentir aprecio (escena de madre protectora en la feria).
Hay un plano “secuencia” en una atracción en la nieve interrumpido por cortes que resume la necesidad de Chiara. Se deslizan y avanzan abrazadas como una verdadera madre e hija. Es como si retomaran sus vidas donde las dejaron. Es lo que hubiera necesitado Chiara. Pero ya es tarde. Puede que por eso el plano secuencia se vea interrumpido y cortado por el dolor, que aunque sabemos que es por su enfermedad, simboliza el dolor que le causó su madre con el abandono.
Hay dos secuencias muy parecidas. Ambas se acercan al tronco hueco de un árbol. Chiara lo hace al comienzo de la película y Anabel casi al final. Ambas se están enfrentando a sus miedos, a sus traumas. Están buscando en lo más profundo de ellas mismas. Pero no se encuentran porque deben buscarse la una en la otra. Aunque ambas no se hayan necesitado aunque ambas sean diferentes hay que cerrar el círculo. Y que mejor manera que aceptando la muerte de manos de la que te dio la vida. Desnudas, sintiendo piel con piel, calor con calor, respiración con respiración.
La verdad es que es precioso poder matizar tanto los personajes en tan poco tiempo y casi sin diálogos.
Sin duda me pasaría horas hablando de cada plano y secuencia de esta maravillosa película. Barbara y Susi están tan geniales que podrían tener su propio spin-off cada una.