Mala como un cóctel mal hecho. Lo lamento. Pero espero que esté justificada esta crñtica severa como aviso a navegantes.

No se pueden tomar en vano los nombres de: Sudáfrica y el activismo antiapartheid, Chopin y el piano, las fuerzas paranormales y la delincuencia organizada, las relaciones paterno-filiales, el erotismo camuflado y el miedo de un secuestro, etc.

Porque el cóctel de estos elementos, cogidos por los pelos, no pueden ser la coartada para ofrecer una película de acción que quiere disimularlo. Asesinatos, persecuciones, torturas, cárceles... Hágase, en todo caso, una película de acción sin coartadas "culturetas", y punto.

Hasta los actores -con la salvedad en tono de menor de Dennis Hopper- están mal.

La escena final para una antología de la cursilería y de "no saber cómo acabar una peli".