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Voto de GonzaloyGracias:
7
Cine negro. Drama Primavera de 1945. James Mason encarna al doctor Matson, que se aprovecha de su condición de psiquiatra de un jefe de la mafia para robarle 200.000 dólares. Así que emprende una desesperada huida desde Los Ángeles hasta la frontera mexicana, donde espera poder iniciar una nueva vida con todo ese dinero. Sin embargo, en su camino encontrará a una muchacha que le hará recapacitar sobre su acción. (FILMAFFINITY)
21 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director argentino Hugo Fregonese inició su carrera cinematográfica en su país y en 1950 empezó a rodar en Hollywood. También rodó producciones internacionales en Italia y España y acabó haciéndolo finalmente en Argentina.

En Argentina, en su primera etapa, rodó "Apenas un delincuente", (1949), una notable película, entre el cine negro y el carcelario, con una intención de reflexión social y moral sobre la riqueza y el robo, y el propio sentido de la vida. Rodrigo Moreno en "Los delincuentes" (2023), ha retomado el argumento para hacer su propia reflexión, con un estilo muy diferente, más de autor y menos de género.

En Hollywood, Fregonese rodó interesantes y hasta notables películas como "Denbow, frontera indomable" (1952), "Soplo salvaje" (1953), con estrellas como Gary Cooper, Barbara Stanwyck o Anthony Quinn, o "Fugitivos rebeldes (El asalto)" (1954), una de sus mejores películas, en géneros como el wéstern o, incluso, el terror.

"On Way Street" (título original y no el ridículo que se le puso en España), se inicia y finaliza como cine negro, como un thriller, y tiene un interludio que se desarrolla en una aldea mexicana. En el inicio comentado, conocemos a los personajes encarnados por lo gánsteres Dan Duryea y William Conrad, que acaban de recibir el botín de un atraco. James Mason es un médico que asiste a los heridos y al jefe, Dan Duryea, un tipo psicótico y con cefaleas. Märta Torén es la amante del jefe.

Sin entrar en detalle, por supuesto, la huida de James Mason y Märta Torén, les lleva por accidente a una aldea mexicana. Es el interludio comentado: ambos tendrán ocasión de experimentar otro tipo de vida, de conocerse mutuamente y así tomar decisiones que puedan redimir sus vidas. El pasado siempre acecha y ese es el leit motiv del guion de Lawrence Kimble, un pasado que tarde o temprano regresa o retorna.

El tercer acto, de nuevo, en el campo del cine negro, resuelve la cuestión como en una tragedia.

La dirección de Fregonese es la de un maestro: basta ver en inicio del film, con ese edificio enfilado por la cámara o el final, bajo la lluvia constante, con una gran fotografía de Maury Gertsman. Las escenas en el apartamento del gánster están bien resultas, tantos en los momentos de acción, como en los diálogos que preparan esa tensión previa al estallido.

El interludio, donde los personajes de James Mason y Märta Torén, se conocen, se reconcilian con sus pasados, y toman las decisiones oportunas para intentar encauzar sus vidas, es verosímil y emotivo, un melodrama con toques de wéstern mexicano, a pesar de que es un corte narrativo.

El elenco de actores es excelente, con James Mason y su susurrante voz, la tierna y bella Märta Torén, o Basil Ruysdel, en el papel paternal y discreto del cura que los acoge. Dan Duryea compone un personaje psicópata y vengativo, en el que le hemos visto en otras ocasiones.

Una película excelente, un mirlo blanco, que merece conocer y ver, al igual de la filmografía de Hugo Fregonese.
GonzaloyGracias
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