Un chaval (que nos enteramos luego que padece algún "retraso" o discapacidad mental), cuenta algunos episodios de su vida reciente a los bañistas de un jacuzzi o pileta de una piscina pública. Cuenta historias de sexo y drogas por lo que el "público" sigue con atención los diversos "capítulos".

Morgan, que así se llama, es un chico solitario, sin amigos, sin oficio ni beneficio, que vive con un hermano macarra, dejado de la mano de Dios por su madre y con un padre ausente o desconocido. Un ejemplar de familia desestructurada, digamos.

Conocerá a Carla, prostituta joven, bella y bastante drogadicta. Morgan se enamora de la chica, pero este rapto encaja con dificultades en la forma de vida de ambos.

En algunos aspectos, "Puppy Love" tiene parecidos con "Sweet Thing" , pero solo en apariencia, pues el film de Maxxis explota la vena gamberra o macarra de la cosa. Hay cierta delectación del director en narrarnos visualmente el desastre alcohólico y drogadicto de la familia de Morgan y de la chica. Y en un tono cachondo, nada dramático o emotivo. Y sí de forma un tanto reiterativa.