Una muy fiel adaptación de una de las obras más tempranas de Agatha Christie, publicada en 1929, con una clara y tradicional interpretación inglesa, con escenas de comedia y sutiles reivindicaciones feministas.

El problema es su fuerte ambiente televisivo, hasta el punto que parece una cámara rodando una obra de teatro aficionado sobre el escenario, con interpretaciones acorde a ese ambiente. No daría demasiados problemas si no fuera porque es excesivamente larga (más de dos horas) y es difícil aguantar esta producción tan televisiva todo ese tiempo. Hasta los toques de comedia, que te parecen entrañables al principio, acaban por cansar después de hora y media de metraje. Quizás viéndola por partes sea más llevadera.