Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonio lopez herraiz:
6
Comedia. Aventuras. Acción Bud Spencer y Terence Hill dan vida a dos particulares "misioneros" que viven en una paradisíaca isla, y se ponen del lado de los nativos de la misma cuando un poco escrupuloso gobernador pretende desalojarla para utilizarla en beneficio de sus oscuros intereses. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el universo del acróbata rubiales y el campeón de natación dejado y barbudo las posibilidades para exportar el mismo croquis son infinitas tantas veces como sea posible encontrar emplazamientos bonitos donde apelotonarles a un puñado de figurantes dispuestos a recibir medicina de choque o, en este caso, la comunión impartida en obleas de galleta sacramental convirtiendo la selva en la idílica localización para que suceda lo de siempre.
Pues eso, que la cosa va de curas y ostias. Y si se trata de curas, sacerdotes o misioneros en el sentido estricto de la palabra, lo otro va, no obstante y aleatoriamente, con o sin H, consagrándolas o a mano pelada.
Dino de Laurentiis coge la manta y se lleva a pelé y melé a las colonias sudamericanas de finales del siglo 19 para denunciar los abusos de los terratenientes -a Robert Loggia le corresponde ser el villano invitado estadounidense- en confabulación con un sector corrupto de la Iglesia (de ahí que no se estrenase en España hasta 1978, supongo).
Hill, leal a sus sacerdotes con boina -lo ha sido de por vida- añade una nueva disciplina de clown marcial a sus técnicas de lucha empleando matasellos:
¡A caja! ¡¡A cobrar!! ¡A caja! ¡¡A cobrar!!
Spencer descubre que su puñetazo en el hombro sirve también para curar al enfermo (o sea, de anestesia) extrayendo muelas picadas.
El artesano multiusos Franco Rossi ('Controsesso', 'Odissea Nuda') dirigía a la pareja por primera y última vez abrazando en su mensaje un catolicismo implícito tanto a Hill y Spencer como a parte de su filmografía implantando un estilo rudimentario y descuidado que roza lo documental.
Si te gustó verles montar la jarana con hábitos en 'Le seguían llamando Trinidad' aquí obtendrás hora y pico de tu batalla favorita de aquella pidiendo perdón "hacia arriba" y citando evangelios mientras abren crismas:
"María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, la luz de las linternas ... ¡dales con la luz de las linternas en la cara! ... ¡¡amén!!"
Y recordad: el coco siempre cae en la cabeza del malo o en la mano del bueno.
antonio lopez herraiz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow