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Voto de Ignacio Larrea:
6
Drama Malo, padre de tres niños, está a punto de divorciarse. En un viaje con amigos, encuentra por casualidad una preciosa casa de campo en venta y decide visitarla. Dentro de la casa, descubre una carta escrita hace años por una niña a su padre. Conmovido y perplejo, Malo decide encontrar a los propietarios de la casa: dos hermanas treintañeras incapaces de conservar la casa de su infancia... (FILMAFFINITY)
26 de abril de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante, al menos sobre el papel, film de Manuel Poirier, director bastante personal francés, que siempre habla de temas cercanos, donde la familia, con sus complejas relaciones entre sus distintos miembros, son fundamentales para el devenir de la historia, así como para el futuro de los personajes.
Aquí sucede lo mismo, al narrarse una historia donde los problemas de la niñez, producidas por la separación de los padres, no se han resuelto convenientemente, necesitándose la ayuda de un extraño que está comenzando a vivir en sus propias carnes, la misma situación.
Poirier mantiene durante todo el metraje un ritmo tranquilo, mezclando de forma irregular el drama y la comedia, no definiéndose por ninguno de ellos, hecho que, en esta ocasión, no le beneficia precisamente.
Porque es esa clara indefinición la que lastra las buenas posibilidades que, sin lugar a dudas, tenía la cinta. Posee una buena historia, majos personajes, que pudieran dar juego, y una elegante dirección, amén de la presencia de ese gran actor que es Sergi López.
Sin embargo, lo que realmente ocurre es que aunque no aburre en ningún momento, sí que deja bastante frío al personal, pues hay falta de pasión en lo que se cuenta, amén de que el modo en que acaba todo deja un poso de decepción al no cerrase de forma satisfactoria la historia.
De todas formas, se puede ver sin ningún problema, al no existir nada que moleste, e incluso existir varias buenas escenas, como la subasta de la casa de campo que da título a este último trabajo de Poirier. Esta subasta está bien reflejada, con tensión, humor, emoción e incluso intriga. Además hay momentos donde la risa asoma, o al menos la sonrisa, como cada vez que el protagonista habla con sus hijos por teléfono o cuando el amigo tiene un altercado con otra persona a raíz de un leve incidente de tráfico.
Pero es cierto que no deja un buen sabor de boca, pues a Poirier se le debe pedir más y se le debe exigir más precisión al trasladar a la pantalla un relato atractivo con muchas positivas posibilidades. Algunas están bien expuestas, pero en líneas generales deja que desear.
Su puntuación por tanto debe ser de regular.
Ignacio Larrea
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