*Infiel o leal a Dios

Que la fe puede resultar peligrosa, no es nada nuevo. Tenemos ejemplos desde hace siglos atrás, de terribles masacres cometidas en nombre de Dios. Pero, ¿Qué dios es el verdadero?

Las religiones monoteístas tienden a considerarse las “auténticas”, las “verdaderas”. No tienen ningún reparo en matar, si es preciso. En el caso del “Islam“, incluso tienen el “paraíso” ganado.

La fe puede ser peligrosa, el mismo Jesucristo lo comprobó en su propia carne. Como también lo ha sentido Jim Caviezel por partida doble, aunque en la primera película no sería sólo “atrezzo”. Se dice que el rodaje de “La Pasión de Cristo” fue un auténtico calvario para él. En El infiel (Infidel) también va a demostrar su “fidelidad” a Dios, pero sin ver comprometida su integridad física.

Su pausada forma de hablar, su voz baja, como un susurro y su mirada inquebrantable, harán de Doug Rawlins un tipo más duro de lo previsto para sus secuestradores.

Pero sin duda, no hubiera durado para contarlo sin la valiosa ayuda de su esposa Elizabeth Rawlins, interpretada por la maravillosa Claudia Karvan. A pesar de contar con la oposición del “Departamento de los Estados Unidos” para quien trabaja y la acusación de encubrir a su esposo, no se detendrá ante nada ni ante nadie. Viajará hasta Irán e intentará salvarlo tras numerosas peripecias.

*Traición frente política y religión

En El infiel (Infidel) nos encontramos con un caso, lamentablemente, recurrente. La fe puede ser peligrosa, sobre todo si en un país como Egipto, se proclama en televisión que “Jesús es Dios”. Y todavía más viéndose envuelto en un complot del “Régimen Iraní“.

Tras un periplo con los ojos vendados, mordaza en la boca y miedo e incertidumbre en el cuerpo, el protagonista es conducido a una prisión iraní. Allí deberá someterse a un “Juicio Islámico“.

Está acusado de espionaje para la CIA, creyendo que el hecho de ser un famoso “Blogger” religioso sea tan sólo una tapadera.

Un presunto amigo suyo iraní, residente también en Washington, Javid, interpretado por el joven egipcio Aly Kassem, lo va a denunciar para salvarse él mismo. Va a traicionar esa amistad al ser descubierto en USA como agente activo islamista.

Doug todavía tendrá la posibilidad de salvarse si confiesa ser culpable. Incluso van a permitir que su esposa hable con él en la prisión e intente convencerlo.

*Dedicada a los norteamericanos que siguen cautivos en Irán

En realidad, El infiel (Infidel) es mucho más que una película de acción ambientada en la problemática religiosa o política. La fe puede ser peligrosa.

Se trata también de una denuncia al trato que recibe la “mujer musulmana“, y no únicamente en algunos países radicales. El mismo amigo traidor de “Doug”, va a castigar por honor a su propia hija recién graduada.

Y lo va a hacer viviendo todavía en la capital norteamericana, en el sótano de su casa. No va a dudar ni un momento al ser testigo de cómo su hija se está apartando peligrosamente de las “buenas costumbres“. La perniciosas influencias occidentales, como el simple hecho de bailar y divertirse con sus amigos, será fatal para la joven.

Paradójicamente, va a ser un grupo numeroso de mujeres quienes colaboren con la huida del protagonista. Allá, en Irán, vestidas con sus burkas negros, formarán el caos y la confusión necesarios para ello. Sin embargo hay que aclarar que se rodó en Jordania.

Además, aún sin estar basada en un hecho real, sí lo son los abusos e injusticias que se cometen en nombre de Alá. Palizas, torturas, juicios falsos, etc. Continúan realizándose en la actualidad.

Al término de la película, tras los créditos, anuncia que está dedicada a “Todos los norteamericanos que siguen cautivos en Irán“.

*Conclusión

Entretenida y atrayente, sabe captar la atención del espectador.

La historia personal entre el matrimonio protagonista: “Doug” y “Elizabeth”, también es interesante. La forma de mostrarla, mediante cortas escenas de “flash back”, va a ayudar a comprender mejor la relación entre ellos.

El infiel (Infidel) es una denuncia política y religiosa a la vez, que nunca viene mal recordar, si además es de una forma amena.

Escrito por Irene Abecia Navarro