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Voto de davilochi:
8
Drama Buenos Aires, 1983. En los últimos años de la dictadura militar argentina, una acomodada profesora de historia comienza a tomar conciencia de lo ocurrido en ese periodo. Sus sospechas sobre los oscuros asuntos de su marido y una Abuela de Plaza de Mayo que busca a su nieta son los motivos que la llevan a replantearse "la historia oficial". (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
ALICIA. Nos encontramos ante una mujer de extracción burguesa que ha vivido los años de la dictadura al margen de la realidad en la seguridad proporcionada por una buena posición social y económica. Las primeras secuencias de la película nos dan una idea bastante clara de ese aislamiento al escuchar en casa de Alicia y Roberto, su marido, la radio dando cuenta de los problemas sociales y políticos que azotan el país, sin embargo para la protagonista se trata de una lejana letanía cuyo contenido es incapaz de percibir con claridad. De hecho, esta realidad paralela construida por la burguesía argentina se pone de manifiesto en las reuniones que Alicia mantiene con sus amigas, donde salta a la vista su bienestar económico frente a la pobreza y la grave crisis que tenía que enfrentar una buena parte del país. Tenemos que pensar en el impacto que pudo causar en muchos espectadores argentinos el visionado de este tipo de escenas desde su experiencia vital individual y colectiva. En cualquier caso, la interiorización del dogmatismo y la moral oficial por parte de la protagonista se pone de manifiesto en el momento en que Alicia, profesora de historia, interrumpe a sus alumnos, ansiosos por discutir en torno a ciertos aspectos polémicos del pasado argentino. Ésta dirá: “Esto es una clase de historia y no un debate”, negando a la historia aquello que compone su misma esencia: la duda metódica y la discusión como vías para la consecución del conocimiento.

En cualquier caso Alicia va a sufrir un proceso progresivo de toma de conciencia respecto a la realidad en que vive y ha vivido, proceso que vamos a poder seguir a través de una serie de secuencias. Posiblemente, la primera de todas sea la conversación que mantiene con su amiga Ana. Ésta le cuenta los excesos de los militares durante el registro de su vivienda , ante lo cual Alicia se sentirá conmovida, llegando a afirmar que debería haber denunciado, lo cual servirá a Ana como motivo para ironizar. Éste es el primer punto en que la protagonista se da de bruces con la realidad.

Otro punto por donde va a quebrar su visión de la realidad van a ser las dudas en torno a los orígenes de su hija adoptiva, Gabi, lo cual va a tensar la relación con su marido, con el cual mantenía un pacto tácito para mantener el silencio en torno a esta cuestión, pacto que veremos resquebrajarse a lo largo de la película. El silencio es un elemento central en toda dictadura, porque el silencio supone el no reconocimiento y, por lo tanto, la negación.

La verdad en torno al pasado de Gabi y la definitiva toma de conciencia de Alicia se producirán al aparecer en escena la supuesta abuela biológica de la primera, una de las Abuelas de la Plaza de Mayo. Ésta la pondrá al corriente de la historia de su hija embarazada – la supuesta madre biológica de Gabi – y su marido, asesinados por los militares.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
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