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Voto de Echanove:
6
Ciencia ficción
Una historia sobre un hombre que viaja en el tiempo a Fort Worth, Texas, el 22 de noviembre de 1963, para evitar el asesinato del presidente John F. Kennedy. (FILMAFFINITY)
25 de mayo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la fallida "Trampa en la luna" (1989), Robert Dyke tardaría más de una década en firmar otra cinta como director. Y en mi opinión no le quedó nada mal esta más que curiosa peli desarrollando un guión propio en que un viajero en el tiempo cambia la historia evitando nada más y nada menos que el asesinato en Dallas de John Fitzgerald Kennedy.
No tiene grandes pretensiones, pero se trata de un filme más que agradable, simpático y correcto, incluso elegante por su puesta en escena nada grandilocuente, que no es la de Oliver Stone al tratar la misma temática en "JFK" (1991), pero ni falta que le hace para lo que se pretende. Y es que hasta hay un personaje de un director de cine interpretado por Bruce Campbell que es un eco y parodia de Oliver Stone y de "JFK"!!
La fotografía, que con sus tonos pastel parece querer imitar la de aquel cine de los 60 en películas como las de Doris Day, y toda la ambientación y vestuario tan de la época (se saca mucho partido de los característicos peinados de Jaqueline Kennedy) es también más que adecuada. Y es que, en realidad, la película es, sobre todo, creo yo, un bonito ejercicio de nostalgia.
La historia es conocida: aunque en gran medida se trate de un mito forjado 'a posteriori', la llamada década prodigiosa en la que los estadounidenses, y en cierto modo también toda la civilización occidental, habían depositado tantas esperanzas quedó truncada en Dallas el 22 de septiembre de 1963, con el asesinato de Kennedy. Y surge a partir de entonces su leyenda, llegándose a identificar simbólicamente su breve mandato con el reino artúrico de Camelot, y todo lo que habría venido después (Guerra de Vietnam, conflictos raciales, desencanto y frustración, corrupción que alcanzaría la cima con Nixon y el Watergate) con la Edad Oscura que sigue a su destrucción.
Un mito que en realidad surge más por lo que Kennedy pudo llegar a hacer, por lo que prometía, que por lo que efectivamente pudo llevar a cabo en su breve mandato. Y que a partir de los años 70, cuando van desvelándose y conociéndose las zonas oscuras de su presidencia, y sobre todo, las infidelidades hacia su pareja, terminará por derrumbarse con estrépito ante la evidencia de las grietas existentes en aquel cuento de hadas en que la idílica relación con Jackie era esencial.
Pues bien, hete aquí que lo que la peli nos muestra es a un pavo llamado Raymon Mead que ya algo anciano (Ralph Waite) y tras haberse visto sucesivamente subyugado en su juventud por la grandeza del mito y decepcionado en su madurez por su demolición, decide plantificarse viajando en el tiempo, no se sabe muy bien cómo, en la habitación de un hotel de Dallas, cuando a primera hora de la mañana Jackie se está atusando el pelo. Se trata de convencer a Jackie (Caprice Benedetti en la película), a Jack (Victor Slezak) y a Bob Kennedy (Vince Grant) de que no hagan el paseo previsto por las calles de la ciudad y que así cambien la historia. Y que no solo JFK no muera y con ello se evite que el sueño americano se vaya a la mierda, sino que no haya Vietnam, ni guerras, ni disturbios raciales. Y se acabe la guerra fría y se acuerde la colaboración con la Unión Soviética en la era espacial, de modo que ambas potencias lleguen juntas a la Luna.
Aunque, él, que va a nacer por aquellos días, desaparecerá tal como es y tendrá otra vida distinta. Porque por encima de eso está que el ensueño de Camelot viva y se haga realidad. Y que no solo el planeta sino también él mismo, agrega enigmáticamente al presentarse ante sus asombrados interlocutores, tengan una nueva oportunidad.
Hasta aquí llega la primera parte de la película. Y no me digan que no es fascinante; aparte de lo bien, fluida y agradablemente que está contado, como ya he dicho. Y sin que falte un cierto humor e ironía envolviéndolo todo este divertimento.
(Sigo en Zona spoiler y explico por que no le he dado más puntuación)
No tiene grandes pretensiones, pero se trata de un filme más que agradable, simpático y correcto, incluso elegante por su puesta en escena nada grandilocuente, que no es la de Oliver Stone al tratar la misma temática en "JFK" (1991), pero ni falta que le hace para lo que se pretende. Y es que hasta hay un personaje de un director de cine interpretado por Bruce Campbell que es un eco y parodia de Oliver Stone y de "JFK"!!
La fotografía, que con sus tonos pastel parece querer imitar la de aquel cine de los 60 en películas como las de Doris Day, y toda la ambientación y vestuario tan de la época (se saca mucho partido de los característicos peinados de Jaqueline Kennedy) es también más que adecuada. Y es que, en realidad, la película es, sobre todo, creo yo, un bonito ejercicio de nostalgia.
La historia es conocida: aunque en gran medida se trate de un mito forjado 'a posteriori', la llamada década prodigiosa en la que los estadounidenses, y en cierto modo también toda la civilización occidental, habían depositado tantas esperanzas quedó truncada en Dallas el 22 de septiembre de 1963, con el asesinato de Kennedy. Y surge a partir de entonces su leyenda, llegándose a identificar simbólicamente su breve mandato con el reino artúrico de Camelot, y todo lo que habría venido después (Guerra de Vietnam, conflictos raciales, desencanto y frustración, corrupción que alcanzaría la cima con Nixon y el Watergate) con la Edad Oscura que sigue a su destrucción.
Un mito que en realidad surge más por lo que Kennedy pudo llegar a hacer, por lo que prometía, que por lo que efectivamente pudo llevar a cabo en su breve mandato. Y que a partir de los años 70, cuando van desvelándose y conociéndose las zonas oscuras de su presidencia, y sobre todo, las infidelidades hacia su pareja, terminará por derrumbarse con estrépito ante la evidencia de las grietas existentes en aquel cuento de hadas en que la idílica relación con Jackie era esencial.
Pues bien, hete aquí que lo que la peli nos muestra es a un pavo llamado Raymon Mead que ya algo anciano (Ralph Waite) y tras haberse visto sucesivamente subyugado en su juventud por la grandeza del mito y decepcionado en su madurez por su demolición, decide plantificarse viajando en el tiempo, no se sabe muy bien cómo, en la habitación de un hotel de Dallas, cuando a primera hora de la mañana Jackie se está atusando el pelo. Se trata de convencer a Jackie (Caprice Benedetti en la película), a Jack (Victor Slezak) y a Bob Kennedy (Vince Grant) de que no hagan el paseo previsto por las calles de la ciudad y que así cambien la historia. Y que no solo JFK no muera y con ello se evite que el sueño americano se vaya a la mierda, sino que no haya Vietnam, ni guerras, ni disturbios raciales. Y se acabe la guerra fría y se acuerde la colaboración con la Unión Soviética en la era espacial, de modo que ambas potencias lleguen juntas a la Luna.
Aunque, él, que va a nacer por aquellos días, desaparecerá tal como es y tendrá otra vida distinta. Porque por encima de eso está que el ensueño de Camelot viva y se haga realidad. Y que no solo el planeta sino también él mismo, agrega enigmáticamente al presentarse ante sus asombrados interlocutores, tengan una nueva oportunidad.
Hasta aquí llega la primera parte de la película. Y no me digan que no es fascinante; aparte de lo bien, fluida y agradablemente que está contado, como ya he dicho. Y sin que falte un cierto humor e ironía envolviéndolo todo este divertimento.
(Sigo en Zona spoiler y explico por que no le he dado más puntuación)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo que pasa, y ahora viene la parte de cal, tras la de arena, y que explica por qué no le he puesto una nota más alta, es que tras el previsible desenlace de lo que he contado, a mitad de la cinta, al modificar los Kennedy la historia, todo se agosta un poco.
Y aunque hay una subtrama que permanece, la del nuevo y joven Raymon Mead (Joseph Murphy) de la nueva línea temporal y su relación con los Kennedy y particularmente con Jackie (de la que el Raymon de la otra línea estuvo platónicamente enamorado), no sé muy bien qué es lo que falla, pero interesa menos.
Quizá sea que lo que se nos ha contado ya hasta entonces ha puesto el listón muy alto y es como si la película hubiese terminado antes de tiempo. Y es como si el divertimento ya no diera más de sí, aunque aún haya escenas bastante buenas. Como la de Bob mandando a freír espárragos y obligando a dimitir al director de la CIA, J.E Hoover (Charles Drake), amenazándolo con hacer pública su homosexualidad si seguía chantajeando a la presidencia a cuenta de sus relaciones con Marilyn Monroe (Shelly Marks).
Por que había que preservar Camelot a toda costa. Eso sí, la cinta dejó abierta la posibilidad de una secuela a cuenta de las investigaciones respecto a Marilyn y de lo que sucedió en Dallas en 1963 a cargo del director interpretado por Campbell en que se perciben claramente ecos de Oliver Stone...
Y aunque hay una subtrama que permanece, la del nuevo y joven Raymon Mead (Joseph Murphy) de la nueva línea temporal y su relación con los Kennedy y particularmente con Jackie (de la que el Raymon de la otra línea estuvo platónicamente enamorado), no sé muy bien qué es lo que falla, pero interesa menos.
Quizá sea que lo que se nos ha contado ya hasta entonces ha puesto el listón muy alto y es como si la película hubiese terminado antes de tiempo. Y es como si el divertimento ya no diera más de sí, aunque aún haya escenas bastante buenas. Como la de Bob mandando a freír espárragos y obligando a dimitir al director de la CIA, J.E Hoover (Charles Drake), amenazándolo con hacer pública su homosexualidad si seguía chantajeando a la presidencia a cuenta de sus relaciones con Marilyn Monroe (Shelly Marks).
Por que había que preservar Camelot a toda costa. Eso sí, la cinta dejó abierta la posibilidad de una secuela a cuenta de las investigaciones respecto a Marilyn y de lo que sucedió en Dallas en 1963 a cargo del director interpretado por Campbell en que se perciben claramente ecos de Oliver Stone...