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Voto de Francisco Negrete:
6
7,1
2.459
Documental
En el otoño de 2007, a Pasqual Maragall se le diagnostica la enfermedad de Alzheimer. Tras el duro golpe, él y su familia inician una cruzada contra la enfermedad, de la que esta película se convierte en testigo excepcional. Con inteligencia, sinceridad y buen humor, Maragall se deja retratar con su familia y los médicos para dejar constancia del día a día de su lucha personal. Dos años de seguimiento a un paciente excepcional dispuesto ... [+]
2 de febrero de 2011
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Pasqual Maragall, ex alcalde de Barcelona y ex Presidente de la Generalitat de Catalunya, se le diagnosticó hace ya casi cuatro años el Alzheimer. Enfermedad que afecta a unas 26 millones de personas en todo el planeta.
El eje central de este documental es el seguimiento público e íntimo del agravamiento mental del político catalán. Pero también conoceremos otras pequeñas historias (de pacientes y médicos) repartidas entre Holanda, New York y la India.
Maragall sí lamenta su condición, sobre todo la gradual limitación de libertad, voluntaria e impuesta. Pero a pesar de todo lo lleva de buen humor, y, junto a su familia y su fundación (Fundación Pasqual Maragall para la Investigación sobre el Alzheimer), lucha contra este padecimiento, un tanto agobiado porque el reloj juega en su contra y aún no conocemos ninguna cura y casi ninguna pista que ayude a descifrar los enigmas del cerebro.
Como es de imaginar, la película por momentos recae en el sentimentalismo, pero el director Carles Bosch ha sabido disgregar los sentimientos a lo largo de todo el filme, que, por otro lado, me parece que se excede demasiado en metraje. Se podría decir que el mismo documental sufre ligeramente de Alzheimer porque a veces es tan reiterativo que impacienta un poco.
Interesante trabajo, pero tampoco nada del otro mundo.
El eje central de este documental es el seguimiento público e íntimo del agravamiento mental del político catalán. Pero también conoceremos otras pequeñas historias (de pacientes y médicos) repartidas entre Holanda, New York y la India.
Maragall sí lamenta su condición, sobre todo la gradual limitación de libertad, voluntaria e impuesta. Pero a pesar de todo lo lleva de buen humor, y, junto a su familia y su fundación (Fundación Pasqual Maragall para la Investigación sobre el Alzheimer), lucha contra este padecimiento, un tanto agobiado porque el reloj juega en su contra y aún no conocemos ninguna cura y casi ninguna pista que ayude a descifrar los enigmas del cerebro.
Como es de imaginar, la película por momentos recae en el sentimentalismo, pero el director Carles Bosch ha sabido disgregar los sentimientos a lo largo de todo el filme, que, por otro lado, me parece que se excede demasiado en metraje. Se podría decir que el mismo documental sufre ligeramente de Alzheimer porque a veces es tan reiterativo que impacienta un poco.
Interesante trabajo, pero tampoco nada del otro mundo.