Voy a ser muy breve. ‘Venganza infernal’ es una película desastrosa, vergonzosa, de lo peor que he visto en mi vida. Y no se crean, he visto películas muy malas. Con ganas de venganza contra los responsables de esta cosa es con las que se queda uno tras tener que soportar 80 minutos de una cinta aburrida (cercana al sopor), ridícula, sin el menor sentido en su trama, desesperante y técnicamente lamentable. Un espanto que nunca debió ver la luz. La historia, robada sin ningún descaro a la saga ‘Destino final’, se nos presenta de manera muy pobre con lo que, a los 2 minutos, no exagero, nos invita amablemente a no continuar con el castigo. Hagan la prueba. Pero no pasen de ahí. De ser así, y no pienso extenderme más, se encontrarán con unos efectos de feria, unos diálogos insultantes, una puesta en escena malísima, unos personajes a cada cual más paleto interpretados por unos actores no menos inútiles y un señor disfrazado de muerte que al final acaba siendo una momia. Al frente de toda esta basura audiovisual, su director, escritor y productor, un tal Michael Feifer, que, como decirlo sin llenar estas líneas con más insultos, muestra las mismas dotes para esto del cine que las mías para bailar flamenco. En su haber se encuentran otras perlitas como ‘El perro que salvó la Navidad’. ¡Venganza!