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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
6
Drama Guerra de los Cien Años (siglos XIV y XV). En 1412, nace en Domrémy Juana, la hija de unos campesinos. Desde niña tiene visiones en las que Santa Catalina, San Miguel y Santa Margarita le encomiendan la misión de salvar a Francia de los invasores ingleses. Convence a un oficial para que la escolte hasta el castillo de Chinon, donde debe entrevistarse con Carlos, el Delfín de Francia, que aún no ha sido coronado rey, ya que la ciudad de ... [+]
1 de octubre de 2008
24 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las teorías más consistentes de porqué a los de Valladolid se nos llama pucelanos se remonta a la época de Juana de Arco. La doncella de Orleans, necesitaba refuerzos en su ejército e hizo un llamamiento a los españoles para que acudieran a luchar junto a ella contra los ingleses. Los vallisoletanos fueron los que más y mejor acudieron a dicha llamada y se les conoció como los seguidores de la “pucella”, palabra latina que hace referencia a la doncella o niña que fue Juana de Arco.

Sobre Juana de Arco hay bastantes películas, algunas de ellas muy famosas, pero hoy quería comentar esta producción canadiense para la televisión que a mi juicio es una estupenda recreación del mito de Juana.

Si me preguntan cuáles son los diez personajes más fascinantes de toda la Edad Media, uno de ellos sería Juana de Arco. Una de esas figuras que admiten todo tipo de calificativos, para unos loca, otros heroína, símbolo, mujer de paja, elegida de Dios... todo vale y nada sirve. Realmente nunca lo sabremos. Lo que resulta desde luego paradójico es que pasara de ser quemada por la Iglesia –en realidad por las autoridades civiles- a santa patrona de Francia. Eso sí que hace justicia a la tópica frase de las vueltas que da la vida, al menos la memoria, porque a Juana la mataron con 19 años.

Esta versión dirigida por el especialista de la pequeña pantalla, Christian Duguay –entre otras “Caza al terrorista”- es más que digna, en mucho momentos buena incluso. En las tres horas que dura tenemos la oportunidad de ver a algunas viejas glorias del séptimo arte como Maximilian Schell, Jacqueline Bisset, Shirley MacLaine... y sobre todo Peter O'Toole, que nos regala una soberbia interpretación que recuerda a la famosa de “Becket”. Destacar también a una jovencísima por entonces Leelee Sobieski -la lolita de la tienda de disfraces de “Eye Wide Shut”- que su posterior carrera no ha estado a la altura de lo que se podía esperar viendo como se pone a las espaldas con 16 años toda una producción como esta y con tantas estrellas.

Si el cine histórico, uno de mis géneros favoritos, cultivase más episodios como este, con rigor, y al margen de artificios puramente retóricos es posible que a nuestros jóvenes les diese por estudiar un poquito más la historia de España y del mundo, de la cuál estamos lamentablemente mal. Así nos va.
vircenguetorix
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