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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
7
Drama Cuando Lyndon B. Johnson (Michael Gambon) sucedió a un presidente tan carismático como John F. Kennedy, intentó crear una sociedad más justa, basada en la igualdad de oportunidades. Sin embargo, la guerra de Vietnam lo convirtió en un presidente muy impopular. Un drama que muestra cómo los Estados Unidos se involucraron en una guerra que acabó empañando todos los logros de un presidente animado de las más nobles intenciones. (FILMAFFINITY) [+]
13 de septiembre de 2008
33 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Yo soy yo y mis circunstancias” decía el filósofo racio-vitalista español Ortega y Gasset, algo muy parecido le ocurrió al trigésimo sexto presidente de los Estados Unidos Lyndon B. Johnson, que llegó al cargo después del asesinato de J.F.K. y ganó las posteriores elecciones –con una diferencia abismal- cargado de buenos propósitos en materias sociales y dispuesto a terminar con la discriminación racial que aún en los años sesenta estaba plenamente asentada en el país de las oportunidades.

Pero no siempre que se quiere se puede, Johnson se encontró con un conflicto exterior, alejado culturalmente y geográficamente de los EE.UU. que terminó con él y su carrera: La Guerra de Vietnam.

De eso trataba la última película del director John Frankenheimer, un creador que fue precisamente durante la vicepresidencia y posterior presidencia de Johnson cuando realizó su mejor cine allá en la década de los sesenta. Es verdad que desde que le dio por el alcohol a principios de los ochenta su carrera decayó enormemente y sus títulos son del todo prescindibles y a excepción de “Ronin” no hay nada realmente aceptable.

Sentí mucho en su día su muerte, entre otras cosas porque una operación de columna no debería haberlo matado, pero sucedió y es irreversible.

Al menos nos queda su cine, siempre comprometido y tocando temas apasionantes como el drama político, uno de mis preferidos. Por eso creo que aun sin quererlo “Camino a la guerra” se convirtió en un perfecto y digno testamento donde encontramos de nuevo al mejor Frankenheimer de su última etapa.

Habla de lo que más le gusta, las cocinas de la gran política y de un tema que conoce bien, la guerra, ya que estuvo combatiendo en el conflicto de Corea.

Lo más llamativo es que queda perfectamente explicado ese río que es la política, ese complicado devenir entre un tiempo presente y otro futuro que puede ser mañana, donde se tenga que cambiar de opinión porque los principios son las circunstancias.

Espléndido todo el reparto en especial un convincente Michael Gambon y un magnífico Donald Sutherland, que demuestra como hacer girar un personaje a la perfección. Y también un reconocimiento para Alec Baldwin, que aunque nos pasamos la vida criticándole, aquí hace uno de los mejores papeles de su carrera en la piel del controvertido Secretario de Defensa Robert McNamara, quizás junto con Kissinger, los dos personajes de Gobierno no presidentes más fascinantes de la historia americana. Me imagino que cuando fallezcan, el primero tienen 92 años y el segundo 88, tendremos sendas aproximaciones cinematográficas sobre ellos como protagonistas.

Una película perfecta para un debate posterior, aunque ahora la gente prefiera la adrenalina a la tertulia. Yo no. ¿Alguien se apunta?
vircenguetorix
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