Hoy casi nadie discute que los vikingos fueron los primeros occidentales en llegar a América. Es una verdad aceptada, pero tampoco se discute que su significación allí fue mínima, su huella es tan pequeña que hemos tardado siglos en averiguarlo. En cambio Colón, los Pinzón y los nuestros llegaron tiempo después, y su resultado perdura hoy y perdurará hasta que el mundo desaparezca.

Eso mismo es lo que pasa con la polémica entre “Red Rock West” y “Giro al infierno”, mientras la primera es semidesconocida, la de Oliver Stone goza de cierta popularidad. Y si no te ven o no te leen, no existes. Además hay otro tema más importante. Stone no plagia en absoluto por una sencilla razón, su película se basa en una novela de John Ridley titulada “Stray Dogs” publicada en 1997, cinco años después de la película de John Dahl. Por tanto si alguien lo hace es el escritor y no Stone. Y las coincidencias, siendo muchas, sobre todo en el primer tercio, luego se van bifurcando en gran parte del nudo y terminan por no parecerse en nada en el desenlace.

Ninguna de las dos son obras maestras, pero ambas son tremendamente entretenidas, pero con elementos muy distintos, mientras que esta es más thriller a secas, en “Giro al infierno” los elementos de cine negro, eróticos y esotéricos son más acentuados.

Pero la gran diferencia es la tendencia, mientras que aquella va de menos a más, esta le ocurre lo contrario. Tiene una primera media hora muy buena y en cambio unos treinta últimos minutos pasables siendo generosos.

Eso sí, ambas están protagonizadas por los dos mejores actores del cine norteamericano con cara de resaca permanente, Nicolas Cage y Sean Penn, el primero de ellos en uno de sus mejores papeles sin lugar a dudas.

“Red Rock West” fue una de las películas en su momento que demostraba que el cine Made in USA de corte independiente también tenía cosas que contar, y además interesantes y que sirvió para iniciar una recuperación después de la irregular década de los ochenta, donde las pelis de geypermanes de acción se había hecho con el estrellato de los vídeo clubes.

Nota: 6,4.