Un thriller policiaco en tiempos de guerra, una fórmula que ya se había empleado en las precursoras del subgénero como ”La noche de los generales”. En esta ocasión con el trasfondo de la guerra del Vietnam, el director y guionista Christopher Crowe nos cuenta una historia que podía haber dado mucho más de sí. Con un aire muy de los ochenta y con varias escenas sonrojantes tanto por lo mal escritas como por el aire derechista de la era Reagan. Aún así la película entretiene (lo justo) y consigue al menos un buen par de escenas, tanto William Dafoe como Gregory Hines aprueban por los pelos, mientras que el que mejor está es Scott Glenn, sin lugar a dudas uno de los mejores secundarios del cine americano. En definitiva se puede ver pero si no se ve tampoco pasa nada. Intrascendente, aunque buen ejemplo de como eran las pelis de policías de los ochenta para los historiadores del cine. Un cinco siendo muy generoso.