El concepto “frontera” tiene muchas acepciones dependiendo de la sensibilidad y percepción de cada uno.

Por poner un ejemplo literario (y cinematográfico), Cormac Mccarthy escribió sobre la misma en su tríptico que constaba de Todos los Cabellos Bellos, En la Frontera y Ciudades de Llanura.

No sus mejores libros.

Más que una trilogía podríamos entender los tres libros como el choque de dos culturas. Antagónicas y con historia común…

Cuando menciono “frontera” (entre comillas) es porque Mccarthy utiliza el concepto para trascender más allá de un choque racial. La lucha por sobrevivir en los límites más acotados, exentos de valores, o simplemente desintegración del individuo como justiciero. Puntos que nos llevaba al sentido contrario de la épica.

En sus historias los héroes fallan, sucumben, o directamente mueren…

(MINUTO DE SILENCIO POR EL BIGOTE DE JOSH BROLIN)

Ejemplo: NO ES PAÍS PARA VIEJOS, de los grandes COEN.

Los menciono porque a día de hoy son los que mejor han entendido el mensaje de Mccarthy, del que siempre ha desprendido un aire a Western moderno y trágico…

A ellos hay que sumarle otro nombre.

Taylor Sheridan.

Debutante en la dirección con la presente película, pero que realizó previamente el guión de SICARIO y COMANCHERIA… Con Wind River ha cerrado su tríptico, y porque no decirlo, su reinterpretación a su venerado Mccarthy.

Los elementos en común pueden ser interpretados, según el lector o el espectador, como 1-copia 2- tributo 3- inspiración.

Yo opto por el último, teniendo en cuenta la calidad de las tres películas que hemos mencionado.

Con Wind River , y al contrario de Mccarthy, el héroe tiene sentido de épica, pero una épica dolorosa y desgarradora, encarnada en su protagonista, el genial (y nunca suficientemente bien ponderado) Jeremy Renner.

Representa el papel de héroe a la perfección. Pero no como el cowboy que representaba John Wayne. Aquí cambiamos las llanuras infinitas por la nieve profunda (FARGO o la propia VALOR DE LEY) y el odio de la raza ajena por el amor a ella por parte del protagonista. Aunque persiste el racismo y la violencia machista. El no ponerse en el lugar del otro.

Sheridan a través de la localización reincide en la idea de aislamiento. Siendo su protagonista testigo de una reserva india, casi extinguida y que a casi nadie importa. Como si su memoria quisiera ser enterrada en la propia nieve.

Es ahí donde la idea de supervivencia y de no olvidar. Aunque para ello la resolución sea la violencia. En este punto Sheridan tiene dos escenas de acción de lo mejorcito de este año.

Esto es Western. Del mismo modo que lo era COMANCHERIA, representado en esos dos hermanos que se alzaron con el sistema financiero en una suerte de Butch Cassidy y The Sundance Kid.

Viendo todas las referencias citadas solo puedo alabar el buen gusto de Sheridan (aunque no haya inventado la coca cola), y su reinterpretación del western en tiempo presente y por lo tanto irreal a la par de temerario de acuerdo al canon actual...

Creedme que la reflexión (a simple golpe de vista) puede ser “facilona”, pero (casi) ninguno de vosotros habréis pensado ni en el odio a la mujer (MILLENIUM), ni en el racismo o (porque no decirlo) el conflicto Cataluña/España.

La frontera.

Quizás es fruto de la suerte/oportunismo, pero esta cinta sin quererlo, y con su falta de pretensiones, agita a un servidor.

NOTA: 6,7