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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
7
Drama Pasión, lucidez y fatalidad son las claves de este drama moderno con tintes de tragedia griega. Yvonne, una mujer enferma, ignora a su marido concentrando todo su amor en su hijo. Cuando éste le anuncia que va a casarse, resultará que su novia es la protegida de su padre... (FILMAFFINITY)
6 de febrero de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Les parents terribles' mezcla vodevil y tragedia en una, aparentemente, rígida estructura teatral de dos espacios y ausencia de exteriores. Texto teatral que, pese a todo, es adaptado con preocupación cinematográfica.

Cocteau rechaza los mecanismos clásicos de oxigenación fílmica (movimientos de cámara, espacios abiertos, etc.) y opta por lo contrario: acceder a una escala reducida de primeros planos y detalle abigarrado (composición del encuadre, jungla de objetos, arbitrariedad en la disposición de rostros en escorzo, barrido borroso para indicar la conducta mental del frenesí de la llegada del hijo, distribución de cuerpos que obstruyen el cuadro en un efecto que insinúa cierta sensación de falta de “ventilación” psicológica, etc).

El efecto indiscreción (“impunidad”, en palabras del director) es descarnado y cinematográfico. Se multiplica un barroquismo de mosaico donde el fragmento despliega su cualidad dramática y psicológica. Esa opción aleja la película de un "estilo invisible" y natural para que el plano sea una cuestión moral (* ejemplos en la zona spoiler).

Son fragmentos estructurales de un drama que late –excediendo la evidencia aparente del texto– en la forma de tratar los escasos y pequeños espacios. La intención en ese sentido asoma desde el inicio. Al retirarse el telón que introduce la película nos sorprende un plano detalle de microscópico efecto (aparece de pronto, sin transición convencional). Es la reivindicación de una cámara que rasga la privacidad desde el primer plano. La puesta en escena no es únicamente disposición de un escenario neutro o mimético. Cocteau reconoce así que la perspectiva rectora es la de la cámara (ergo, la del autor cuya voz cierra la función), no la de los personajes. Ni siquiera la del narrador en sentido “invisible”, sino la de un autor como demiurgo del exterior de la escena y del interior de los personajes. Autor que ejerce la clausula de libre disposición de los elementos de su drama hasta llegar al tuétano de los fines que persigue.

"El sujeto de la adaptación no es el argumento de la obra, sino la obra misma en su especificidad escénica" (André Bazin).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bloomsday
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