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Voto de Cecil:
7
6,4
13.589
Ciencia ficción. Fantástico. Acción. Terror. Comedia
Un trabajador encuentra casualmente unas gafas que permiten ver a las personas tal y como son. Gracias a ellas descubrirá que importantes personajes de la vida política y social son en realidad extraterrestres. Durante su particular cruzada podrá observar cómo estos alienígenas han ido sembrando el mundo de mensajes subliminales con los que pretenden convertir a los hombres en una raza de esclavos. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2006
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Que pena. John Carpenter, un ídolo, un maestro, uno de los mejores directores de EE. UU, va y la caga estrepitosamente.
La película es aburridísima, le falta energía, ganas imaginación...
La idea original era buena, pero el resultado no. Los actores, de traca. La banda sonora, ni me acuerdo. Y el final... ni idea porque me dormí.
Regreso a ésta crítica, más de un lustro más tarde, no para olvidar o borrar mis impresiones pasadas sino para, desde esa opinión escueta y bastante simple, ir un poco más allá.
He vuelto a ver ésta ochentera obra de Carpenter, años después, para hallarme no solo ante una propuesta cuya idea primigenia es realmente brillante y prometedora, sino que la película en sí es una gozosa y disfrutable producción 100% Carpenter, en la cual une una crítica ácida al consumismo y a la sociedad capitalista, (en la que los que verdaderamente mueven los hilos se esconden tras máscaras totalmente neutras que les permiten funcionar de una forma más discreta, y a su vez, exponer la falsa sensación de tranquilidad de nuestra sociedad, en la que mientras todos seamos ciegos y no queramos ir un poco más allá, todo irá perfectamente) , a una gozosa obra de ciencia ficción, en la que el antihéroe no es por casualidad un fantástico Roddy Piper ( muy popular luchador de wrestling ) que aporta su enrome carisma y facilita una serie de escenas de luchas, peleas y esfuerzos cuasi hercúleos, en los que John Carpenter se lo pasa genial, montando larguísimas escenas de puñetazos y tortas, que estira para convertirlas en un " slapstick " que roza la parodia y que casa perfectamente con su fondo, una estimulante obra pop, sudorosa, exhultante y realmente disfrutable, que más de treinta años después funciona como un tiro.
Lo dicho, resulta interesante revisar nuestras opiniones varios años más tarde, para descubrir qué tipo de tramas o historias nos podían atraer con x edad y qué opiniones tenemos años más tarde, con más experiencias, más cine disfrutado y más rodaje en nuestras piernas.
La película es aburridísima, le falta energía, ganas imaginación...
La idea original era buena, pero el resultado no. Los actores, de traca. La banda sonora, ni me acuerdo. Y el final... ni idea porque me dormí.
Regreso a ésta crítica, más de un lustro más tarde, no para olvidar o borrar mis impresiones pasadas sino para, desde esa opinión escueta y bastante simple, ir un poco más allá.
He vuelto a ver ésta ochentera obra de Carpenter, años después, para hallarme no solo ante una propuesta cuya idea primigenia es realmente brillante y prometedora, sino que la película en sí es una gozosa y disfrutable producción 100% Carpenter, en la cual une una crítica ácida al consumismo y a la sociedad capitalista, (en la que los que verdaderamente mueven los hilos se esconden tras máscaras totalmente neutras que les permiten funcionar de una forma más discreta, y a su vez, exponer la falsa sensación de tranquilidad de nuestra sociedad, en la que mientras todos seamos ciegos y no queramos ir un poco más allá, todo irá perfectamente) , a una gozosa obra de ciencia ficción, en la que el antihéroe no es por casualidad un fantástico Roddy Piper ( muy popular luchador de wrestling ) que aporta su enrome carisma y facilita una serie de escenas de luchas, peleas y esfuerzos cuasi hercúleos, en los que John Carpenter se lo pasa genial, montando larguísimas escenas de puñetazos y tortas, que estira para convertirlas en un " slapstick " que roza la parodia y que casa perfectamente con su fondo, una estimulante obra pop, sudorosa, exhultante y realmente disfrutable, que más de treinta años después funciona como un tiro.
Lo dicho, resulta interesante revisar nuestras opiniones varios años más tarde, para descubrir qué tipo de tramas o historias nos podían atraer con x edad y qué opiniones tenemos años más tarde, con más experiencias, más cine disfrutado y más rodaje en nuestras piernas.