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Chile Chile · Santiago
Voto de Lawrence:
7
Drama Retrato de la clase media británica narrado a través del discurrir de la vida de los miembros de una familia londinense, Frank y Ethel Gibbons y sus tres hijos, cuyas historias ejemplifican los cambios sociales que tienen lugar a lo largo del periodo de entreguerras. (FILMAFFINITY)
30 de noviembre de 2009
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El debut en solitario de David Lean como cineasta ya muestra evidentes signos de su talento y sensibilidad, que lo convierten en uno de los títulos más injustamente subvalorados de su filmografía, y eso que él mismo lo consideraba uno de sus favoritos. La crónica de las alegrías y dolores de una familia londinense durante los veinte años que separan las dos guerras mundiales, tiene ineludibles parentescos con otras elogiadas y premiadas producciones de la época, particularmente dos emblemáticas cintas de William Wyler que ganaron el Oscar: "La señora Miniver" (1942) y "Los mejores años de nuestras vidas" (1946). Y la verdad es que "La vida manda" iguala e incluso supera a la primera, y en determinados momentos casi alcanza el nivel de esa obra maestra que es la segunda.

Y si llega tan lejos no es precisamente por los orígenes teatrales de la eficaz pero convencional pieza original de Noel Coward, sino por los méritos personales de Lean, como queda demostrado en sus muchos detalles de puesta en escena y el sentido cíclico con el cual se va desenvolviendo la historia desde su espléndida secuencia inicial hasta el desenlace. Lo que pudo ser un simple instrumento manipulador en tiempos de guerra, excesivamente patriotero y propagandístico, se convierte en manos del cineasta en un entrañable retrato familiar que no excluye críticas al sistema y la sociedad británica, conducido con un ritmo ágil y una envidiable precisión narrativa, lleno de viñetas hogareñas sobre las cuales planea siempre la sombra del conflicto bélico, marcando el compás de la historia y a la vez permitiendo apreciar detalles y personajes secundarios como los de la abuela y la tía, cuyas afiladas discusiones son particularmente divertidas.

“No nos gusta ir rápido en este país”, reflexiona en un momento el señor Gibbons junto a su esposa (aunque en esta pieza de conjunto todo el reparto es muy sólido, destacan las notables actuaciones de Robert Newton y Celia Johnson), agregando que “es como la jardinería: alguien una vez dijo que éramos una nación de jardineros, y no estaba equivocado. Nos gusta plantar cosas y verlas crecer, mirar los cambios en el tiempo”. Esas palabras reflejan a la perfección la esencia de "La vida manda", que tan bien supo captar Lean: por sobre los ineludibles estereotipos, en las conversaciones entre padres e hijos, en los pequeños momentos cotidianos que revelan la felicidad y la tristeza, mientras en la historia avanzan los años se siente la realidad, la vida misma desfila frente al espectador.
Lawrence
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