J. S. Cardone es un artesano poco conocido en esto de la fantasía y el terror, tanto como guionista o detrás de las cámaras. Merece más crédito. Tiene obras muy notables, como "The forsaken" o esta "Shadowzone". Son filmes de serie B bien construidos, con personajes algo más complejos de lo habitual para las producciones de estos géneros.

"Shadowzone" está claramente inspirada en "Alien, el octavo pasajero", tanto en situaciones, como en equipos y ambientación. Sería una "Alien" situada en un complejo subterráneo. Tendremos un laboratorio con algo dentro, el seguimiento del ser hostil a través de una cámara térmica, similar al detector de movimientos de Alien, veremos como se separan los supervivientes a realizar distintas tareas, muy parecidas a las del filme de Ridley Scott, buscarán un mono y no un gato ...¡si hasta unos de los personajes no quiere ir solo por los pasillos!

La película arranca de fábula. Y con esa música de Richard Band, tan acertada, el espectador se meterá de lleno en el filme. Una base muy cutre, donde falla todo, sucia, mal iluminada y que, tras determinados sucesos, se transformará en una trampa en la que un determinado ser acechará a los protagonistas. Una magnífica ambientación con pocos medios.

Resulta un poco chocante, aunque gratificante a la vista, los cuerpos -hombre y mujer- metidos desnudos en las cápsulas. ¿No pueden estar metidos con ropa interior? La chica deja en nada el papel nudista de Mathilda May en "Lifeforce", ya que, aunque se pasa la mayor parte del filme dormida, sin duda su personaje será el más recordado.

Y aunque huela a "Alien", esto de un centro secreto y subterráneo donde experimentan con personas dormidas, que son capaces de abrir un portal dimensional desde el que puede entrar algo maligno, feo y asesino, ha podido inspirar a otros filmes o a la serie "Stranger Things" ¡tantas influencias e inspiraciones tiene!.

A nivel actoral, todos cumplen sobradamente. No son paródicos. Fletcher y Hong construyen unos personajes sólidos, no meros arquetipos. Para ello hay detallitos en el guión que los enriquecen, como la obsesión del personaje de la Fletcher, de lo más inquietante, por usar continuadamente lápiz labial.

En conjunto, Cardone, nos ofrece un producto de serie B muy solvente, entretenido y digno. Y gloriosamente disfrutable.