Pues sí. Una nueva habilidad de esta tercera encarnación del Doctor. Sabe artes marciales, supongo que de Gallifrey, y con ellas combate a los malos ¡Spock, muérete de envidia, tú solo tienes el toque vulcaniano!

En fin, este arco argumental es ciertamente mediocre, largo en exceso, con una historia bastante tonta, en la que unos colonos deben enfrentarse a unos malvados mineros de pelos beatlemaníacos, por vivir en un planeta que guarda un misterio misterioso. Lo aderezan unos nativos que recuerdan poderosamente a los que aparecían en la serie de Spielberg "Earth-2". La historia se hace pesada e inacabable. Y, aunque salga de nuevo "The Master" (la némesis del Doctor) tampoco ayuda a realzar el interés de una historia muy pobre. Del montón. Si no fuese del Doctor Who ni hablaríamos de ella.