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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
7
Ciencia ficción En un futuro post apocalíptico una mujer intenta cruzar una ciudad desierta para llegar al oeste, al mar, donde cree que hay comida y la trataran bien. La patrulla de la mañana y las trampas están a la espera de cazar a los incautos. Aunque la ciudad no esta en silencio, voces robóticas anunciando a la gente que se vaya resuenan por doquier. (FILMAFFINITY)
10 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ciencia-ficción griega. Así que no le pidáis un blockbuster. Una historia en una sociedad post-apocalíptica, más próxima a Tarkowski y su "Stalker" que a cualquier filme de Corman. Con muy pocos medios pero notable talento cinematográfico. Elegantes planos y movimientos de cámara, magnífica fotografía, excelente selección de escenarios y exteriores. Una voz en off de la protagonista, fascinada con "Rebeca" -no deja de hablar de Manderley, pensando que es real, un recuerdo cruzado ya que está amnésica- y una ciudad llena de peligrosos cinéfilos, en serio - atraen a sus víctimas mediante emisiones en TV de "Pal Joey", Fred Astaire y cine negro clásico, junto a alguna sala de cine - mientras que el escuadrón de la muerte que pulula por doquier escucha canciones de Shirley Temple. Algo tan ridículo, con tempo cinematográfico pausado y el entorno descrito, hasta resulta digerible. Hay una escena que se copió en el filme "La purga": la aparición de un coche teledirigido que vigila que hace la protagonista en una casa. En el fondo es como leer un comic europeo de aquellos años.

A partir de la segunda mitad del filme, deviene en una película más clásica, una huida de la peligrosa ciudad, con trampas más clásicas- resortes, cables y demás- junto a disparos y asesinatos en plan comando, sin perder la elegancia en encuadres y movimientos de cámaras. Descubriremos un nuevo protagonista, con su voz en off y sus reflexiones. Alguien que llevará a la mujer a recuperar parte de su humanidad perdida a causa de un egoísmo que le permitía sobrevivir. Todo ello aderezado con una vaporosa BSO, que en ocasiones recuerda a Vangelis, de música electrónica. Todo concluye en un bello plano final, cuasi religioso.

Todo el conjunto es cautivador. Pero no pienses en un filme de Corman. Es cine griego.
Quinto Sertorio
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