Peliculita de serie B, de los años dorados de la ciencia-ficción, los 50. Mezcla entre filmes de monstruos espaciales y exploradores en la jungla a la búsqueda de un desaparecido. Una especie de "Las minas del Rey Salomón" sin minas pero con una cueva que contiene un peligro en su interior. La película se ambienta en la selva del Yucatán y tendremos indios porteadores en vez de africanos. Pero poca diferencia con una de Tarzán, Mogambo o la antes mencionada. Como todo producto de serie B que se precie, emplea imágenes de archivo para mostrarnos los peligros de la jungla, colándose así las imágenes de hienas ....¡en el Yucatán!

Los dos tercios iniciales del filme son aventuras en la selva, con nativos, animales y algún descubrimiento estremecedor, que no tiene demasiada explicación. En su último tercio ya se incluye la parte más de ciencia-ficción, aunque tampoco es demasiado emocionante.

La idea era buena, una mezcla de géneros, pero el desarrollo no pasa del aprobado raspado. Y del título, no hagan ni caso.