Versión bastarda de "Soy leyenda", en la que tres técnicos informáticos de mono blanco (también podrían ser pintores) quedan encerrados una noche en su lugar de trabajo, un centro subterráneo de algo y, cuando salen, insisto, un día después, la Tierra se ha transformado en un lugar post-apocalíptico, con erupciones volcánicas, donde hordas de motoristas mutantes se dedican a pasearse y matar a gente normal. Insisto, en un día. Lo de la credibilidad en este filme queda en suspenso. En fin, un mejunje cutre y barato, pero muy barato, de Mad Max, Soy Leyenda y cualquier filme post-apocalíptico que a uno le venga en mente, con todos los tópicos de este tipo de filmes: motoristas malos, sexo cutre, tíos cachas sin cerebro, diálogos de pena, secuencias siempre rodadas en canteras o naves industriales sucias y cochambrosas (que se repiten una y otra vez), continuos fallos de script e interpretaciones lamentables.

De la novela "Soy leyenda" toma el filme el juicio al que los mutantes someten al héroe, un cachazas italiano que causaría sensación en las playas de Alicante, indicándole que él es el último del viejo orden mientras que ellos heredarán el mundo.

En fin, una película tremendamente irregular, vulgar, que muestra el ocaso de este subgénero que tantos subproductos generó en Italia.