Extraño film de otro tiempo, un tiempo en el que no existian efectos digitales y donde un doble de Humphrey Bogart, más que un doble, un clon, de esos de Cuarto Milenio, encabezaba un film paródico y de homenaje tanto al actor como a sus personajes fetiche del cine negro, a Philip Marlowe y Sam Spade y, de regalo, a todo el género de detectives.

Con continuas referencias a los filmes de Bogart (Casablanca, El halcón maltés, El sueño eterno, la senda tenebrosa), a Gene Tierney (Laura, que el cielo la juzgue) y a otros muchos filmes, tiene su principal fallo en ambientarla en los años 70, aunque el personaje de Sacchi viste de los 40, resultando demasiado paródico. Si quizás lo hubiesen ambientado en los 40, con ese imitador perfecto en muecas, gestos, acento y aspecto que es Sacchi, y rodado en B/N sería dificil de diferenciar, en escenas aisladas, de una del auténtico Bogart. Por que, por momentos, te lo recuerda, pero ese hechizo se pierde al ver los vehículos modernos o el filme en color.

Extraño filme, producido por la misma persona que escribió la novela en que se basa y que fue capaz de escribir el texto de la cancioncilla de marras. Su reparto es atractivo, con un Franco Nero que nos obsequia con un remedo del señor G de El halcón Maltés. Porque, al fin y al cabo, el fielm es un remake libre del film de Huston, donde buscan los Ojos de Alejandro, de zafiro azul, y no el Halcón de oro puro y brillantes.

Una puesta en escena convencional, más propia de un telefilme de esos de Colombo. Y un final tontorrón y simple.

Curioso film. La verdad es que el tal Sacchi impresiona.