Secuela indirecta de "The king of the zonbies", por la misma productora, la humilde Monogram. Un guión muy similar, donde unos amigos llegan a un lugar del sur estadounidense para investigar la extraña muerte de la hermana de uno de ellos. Si bien la primera película era flojilla pero simpática, esta resulta demasiado aburrida y muy embrollada. Hay personajes que aparecen y desaparecen sin explicación. Parece un serial de aquellos años, con un científico loco y nazi, puertas que se abren y se cierran, agentes secretos, pasillos desconocidos y un pantano peligroso. Mantan Moreland casi calca al personaje de la anterior entrega, un criado cobarde, miedoso y supersticioso. Pero sin gracia, ya cansa. John Carradine hace lo que puede, pero su papel es tan arquetípico que lo interpreta de memoria.

Los zombies de este filme son aún más ridículos, siempre en formación, van desnudos de cintura para arriba pero llevan zapatos, andan muuuuy lentos, pero a veces se despistan los actores, en alguna secuencia de acción y se aceleran, para luego, al darse cuenta, frenar el movimiento. Como dijo el anterior comentarista, lo más bizarro es que les llaman con una especie de alarido o grito tirolés, dado por una especie de bruja afroamericana.

Filme muy soso, con poca gracia y menos interés.