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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
7
Ciencia ficción. Aventuras El Doctor y Romana, regenerada en un nuevo cuerpo, llegan al planeta Skaro para descubrir que los Daleks están usando explosivos y a un grupo de esclavos humanoides para minar el planeta en busca de su creador, Davros, al que abandonaron a su suerte siglos atrás. El motivo de tener que recurrir a su olvidado señor es la guerra interplanetaria que mantienen con otra raza robótica, los Movellans: ambos ejércitos han llegado a un empate ... [+]
28 de junio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante ciclo argumental del, para muchos, mejor encarnación del Doctor Who. Baker, carismático e histriónico se mueve en la historia como pez en el agua. Es la última colaboración del gran Terry Nation. Junto a Baker, debuta la nueva encarnación de Romana, una Lalla Ward con la que se percibe una gran química entre ellos. Ambos fueron pareja en la vida real. Y frente a ellos tenemos a los daleks y a su creador Davros, cuyo nombre evoca al mítico Ernst Stavro Blofeld, el villano por antonomasia del James Bond sesentero ¿Qué tendrán los griegos para proporcionar tan grandes supervillanos?

Junto a ellos aparece una nueva raza alienígena, los movellans, un tanto andróginos y que parecen escapados de un video musical de los Boney-M. Era la época de efervescencia de la música Disco.

Ambientado en una explotación de áridos, por eso de las explosiones, la historia, un apéndice del ciclo "La génesis de los daleks", es bastante sencilla, un ir y venir de los protagonistas desde las ruinas de la ciudad de los daleks. Quizás la escena más interesante -y algo tramposa - es la que sirve para demostrar que un cerebro cibernético no puede vencer a la imprevisibilidad humana: la del juego de piedra-papel-tijera. Y digo tramposo porque un cerebro cibernético puede usar la estadística y la observación del sujeto al que se enfrenta, estudiar su sesgo en el juego, para prever sus movimientos. No en vano un ordenador- Deep Blue- venció al ajedrez al maestro Kasparov. Aún y así, el enfrentamiento de dos inteligencias artificiales en el juego llevaría a una tablas infinitas y, en una guerra en la vida real, a un continuo empate. Al menos es lo que postula el Doctor a los movellans.

Disfruten de Tom Baker y su bufanda infinita y de la companion más elegante que ha tenido.
Quinto Sertorio
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