"Degrassi" es un conglomerado de historias que ilustra muy fielmente muchos de los principales problemas, miedos y decisiones por las que pasa y vive todo adolescente. La arquitectura de historias es tal que se entrelazan entre sí y nos permiten abordar las verdadera problemáticas y magnitudes de estos problemas e inquietudes.

Lejos de ser otra típica serie adolescente musical basada en las peripecias de un grupo de amigos de instituto, "Degrassi" consigue llegar no solo a la "Next Class", sino también al "Next Level", tratando otros temas considerados tabúes y/o menos frecuentes, como la homosexualidad, las drogas, las enfermedades (tanto físicas como mentales), el terrorismo, la xenofobia, la islamofobia, la homofobia, las relaciones abiertas, los tríos, los embarazos no deseados, el feminismo, el género no binario y un largo etcétera.

Aunque la mayoría de aspectos me han parecido positivos, no obstante, peca de cierta previsibilidad, lo que hace que la serie pierda esa magia y esa atención que consigue al tratar todos los temas mencionados en el párrafo anterior.

En cuanto al formato, la serie consta de 40 episodios distribuidos en 4 temporadas de 10 capítulos, con una duración media de unos 20-25 minutos, lo que hace que sea una serie amena y "fácil" de ver.

A lo largo de los capítulos, el espectador comienza a sentirse parte de la gran familia que constituye el Instituto Degrassi y es, quizás, ese sentimiento de pertenencia, el que hace que te encariñes tanto de los personajes como de la serie y la aventura, por ende, se haga, irremediablemente, demasiado corta.