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Bahrein Bahrein · Viva la revolución
Voto de Maese Huvi:
7
Ciencia ficción. Intriga. Thriller En el año 2022, la población de Nueva York, unos cuarenta millones de habitantes, vive en condiciones miserables. La humanidad ha contaminado y calentado el planeta hasta el punto de que las plantas y los animales prácticamente han desaparecido, y el único sustento disponible es un alimento sintético a base de pláncton, el 'soylent green'. Un día, un caso de asesinato lleva al duro policía Thorn y a su viejo amigo Roth hasta la empresa que lo fabrica. (FILMAFFINITY) [+]
15 de mayo de 2008
95 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soylent Green es una de las grandes películas de la ciencia ficción apocalíptica, género distópico que presenta el mundo yéndose al carajo por culpa de nuestro modo de vida (ya sea por el agotamiento de los recursos, por la guerra o por el holocausto nuclear) y que tiene por tanto un tono crítico respecto al presente, aunque esa crítica suela matizarse y a menudo quede descontextualizada y/o reducida a sus aspectos más obvios y por ello más fácilmente asumibles por el público.
Ambientada en el año 2022, Soylent Green presenta un futuro en el que la Tierra ha quedado yerma por culpa de un cambio climático que ha hecho subir las temperaturas. A ello se une la preocupante superpoblación del planeta. Así pues, tenemos un descenso brutal de los recursos alimenticios y un incremento desproporcionado de la población (¿alguien ha dicho malthusianismo?). La situación es más que preocupante, menos mal que tenemos nuestro soylent green para alimentarnos... ¿qué haríamos sin él?
El futuro presentado es netamente distópico: no aparecen nuevos adelantos tecnológicos espectaculares ni coches volando ni nada por el estilo, este futuro tiene un aire más bien cutre, lo que se podría achacar tanto a que el guionista quiso presentar una historia desnuda, sin aditivos, como a la falta de presupuesto de la producción y las limitaciones de los efectos especiales. Pero lo que es cierto es que este aire “cutre” le concede un cierto encanto y, sobre todo, lo hace más cercano, más creíble y, por ello, más temible. Ese futuro se parece más al pasado (al de comienzos del siglo XX) que a lo que esperaríamos de una sociedad por venir.
Estamos frente una sociedad en la que los que son ricos viven muy bien, ellos sí pueden comer carne de buey y otros manjares como fresas (a 150 dólares el bote, oiga), y disfrutar de prostitutas de lujo a juego con la casa como si de "mobiliario" (como se las llama en la película) se tratase; mientras, los pobres se mueren literalmente y por miles en calles e iglesias convertidas en hospicios. Una sociedad en la que los polis no tienen recursos, son corruptos y muy violentos (y con unos uniformes que parecen los de un electricista) y la ley no vale nada frente al poder y el dinero (esto también me suena). Hay una escena que ejemplifica esto perfectamente: Charlton Heston haciendo de poli bueno (a pesar de ser un fascista, el expresidente alcohólico de la ANR actuó en algunas películas memorables) interroga al guardaespaldas del ricachón que acaba de morir en su lujosa casa: «-¿Cuál era su nombre completo? -William R. Simonson. -¿Profesión? -Rico». Poco más se puede añadir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maese Huvi
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