En las novelas en la cual actuó Thalia y que como protagonista nunca me convenció desde Quinceañera, María Mercerdes, María la del Barrio y Rosalinda debido a que se encasillaba en su rol de una pobretona echada pa'lante que se enamora de un rico, y que ese mismo, la utiliza pero tanto va al cantaro que algún día se rompe por lo que le toca a tomar el toro por los cachos y así afrontar sufridamente dicho desafío
En este caso, a Marimar la miro como la costeñita ignorante, analfabeta y altanera que se enamoraba perdidadmente a Sergio Santibañez prometiéndole el cielo y la tierra luego de robar alimentos de la hacienda Sanitbañez y al estar en peligro porque un peón patán intentó privarle su fin y Sergio lo trancó. Las dos familias han tenido recelo por parte y parte: los abuelos de Marimar, pero por otro lado y nocivamente los Santibañez en cabeza de su padre Renato y su madrastra Angélica -ésta última que le hizo la guerra lateral y frontalmente simultáneamente a Marimar para sacarla de sus vidas-.
Marimar con ayuda del cura Porres trata de cambiar su vida, no obstante, por casualidades de la vida es hija de un millonario Gustavo Aldama que por descuidado abandonó a su mujer y asegura que ella es su hija por lo que mejora en educación, status, e inclusive fabricaba su venganza para cobrarle a quienes le hicieron daño, aunque posteriormente se le salió de las manos y siguió enamorada de Sergio pese a su odio por canalla e ingrato.
Siento que en las cuatro historias que actuó Thalia iba muy aceleradamente y perdió el hilo por lo que prefieren atar más cabos con colcha de retazos (tramas rebuscadas) y personajes que ni quitaban, ni ponían. Ahí está la responsabilidad de los creadores y/o quienes adaptaron a la original aquella de los setenta La venganza. Es más. me pareció muy infantil y hasta un tanto ridículo. Por el lado de los actores, el más sobresaliente fue Alfonso Iturralde que hacía del pusilánime esposo de Angélica y que fuera el papá del protagonista bastante frenético que no respira calmadamente que me parecía muy jarto y sin gracia alguna. Y la antagónica Chantal Andere, muy normalita y hasta agachadita cuando se le devolvió todas sus infamias que cometió a Marimar hasta su fatídico accidente que acabó con su vida.
Total, uno puede amar u odiar a Marimar, pero a veces lo que me da cosa es la improvisación de la historia sin siquiera mirar cuál es el giro de la historia y ni qué decir de los personajes que deben tener un rol y que debe ayudar, o más bien entorpecer para seguir el curso de la trama.