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Voto de Caith_Sith:
4
Acción. Fantástico. Terror. Aventuras. Comedia Rayne (Natassia Malthe) se verá forzada a luchar contra los nazis en la Europa de la II Guerra Mundial, encontrándose cara a cara con Ekart Brand (Michael Paré), un líder nazi que intentará inyectarle a Hitler la sangre de Rayne. De esta forma, convertiría a su líder en un Dhampir, es decir, un inmortal, mitad vampiro mitad humano. Tercera y última película de la saga "Bloodrayne", basada en una serie de videojuegos homónima. (FILMAFFINITY)  [+]
5 de junio de 2011
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uwe Boll abandona por un momento su cine de conciencia social (¡!) y recupera la única saga que ha podido sacar adelante (House of the Dead y Alone in the Dark continuaron en manos de otros realizadores), BloodRayne, una trilogía que adapta la franquicia de videojuegos que protagoniza la bella Rayne, una criatura mitad humano mitad vampiro que ha sido trasladada por Boll y su equipo a la Edad Media, al lejano oeste y finalmente a la II Guerra Mundial, en esta ¿última? entrega que probablemente sea la mejor, más completa e inspirada que nos haya entregado herr doktor.

Vale, sí, tampoco es decir mucho. “BloodRayne” tenía un gran reparto pero no jugaba bien sus cartas, a pesar de que contenía algunos de los mejores momentos de su director. La segunda entrega se materializaba como un ejercicio más sobrio y correcto a nivel formal, perdiendo en humor, lo cual terminaba por hacerla un poco aburrida. Por fin llega “The Third Reich”, que devuelve al espectador a la neumática Natassia Malthe en el papel principal y más importante, no contiene uno, sino ¡dos! escenas de sexo completamente gratuitas, una de ellas lésbica, rindiendo un homenaje ‘made in Boll’ a “Mulholland Drive”. Pero hay más cosas que pezones y colmillos de pega en este broche de ¿oro?. También tenemos a un curioso Paré como antagonista, una escena onírica con 'Hitler vampiro' añadido y… bueno, supongo que muchas cosas más.

Poco importa que en BR3 haya agujeros argumentales (o un tremendo boquete en torno al cual gira un esbozo de historia), fallos de raccord o sencillamente que las leyes que se imponen en el guión se olviden a la primera de cambio, aquí tenemos serie B de autor, que vale su peso en oro, aunque no puede evitarse la sensación, eso sí, de que Boll se ha limitado a si mismo y nos guarda toda su magia para el díptico Blubberella/Auschwitz. Probablemente este año salgamos de dudas, pero por ahora no está de más conformarse con lo que se nos ha entregado: una modesta cinta de vampiros, nazis y ciencias ocultas que encierra en sus escasos setenta minutos un entretenimiento (casi) digno. Viva Uwe.
Caith_Sith
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