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Voto de Caith_Sith:
8
Drama En un pequeño pueblo francés, una mujer (Jeanne Moreau), a quien todos llaman "Mademoiselle" por tratarse de la profesora del pueblo, provoca una inundación en el establo cuando todo el mundo anda en una procesión. Por otro lado un atractivo inmigrante italiano, Manou (Ettore Manni), despierta en ella un gran interés, al que él no corresponde. Mientras, en el pueblo, los hombres comienzan a dirigir sus miradas a un posible culpable ... [+]
16 de enero de 2011
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se abre el telón y aparece Jeanne Moreau haciendo hijaputeces a sus convecinos de un pueblecito rural. Se cierra el telón y Moreau sigue mirando a cámara, sonriendo mientras se acerca a contemplar su obra, tras escuchar un sonido procedente del campanario. Parece "Mademoiselle" una obra filmada por el mismísimo Satán, que juega a ser espectador y a manejar los hilos de una impresionante Jeanne Moreau, que no interpreta; vive.

Tony Richardson es simplemente una pieza más en el juego del señor del averno. Pero menuda pieza. Cómo filma y selecciona encuadres, cómo es capaz de extraer la fuerza de cada elemento del escenario, de cada detalle. Pero el verdadero genio aquí es David Watkin, cuya fotografía no sólo insufla de energía al relato sino que lo ensucia, lo hace más diabólico, utilizando un blanco y negro repleto de claroscuros, empleando la luz para crear imágenes poderosas y memorables. No es difícil pensar en un Tarkovsky en las imágenes de más fuerza de "Mademoiselle", una película que parece que carga el mismísmo demonio y que habla de la represión sexual, de los celos y del daño que se puede hacer sin reparar (ni interesarse) en las consecuencias.

Moreau vive y respira a su Mademoiselle. Ettore Manni hace ésta tenga calores, que se pase la lengua por los labios y se libere un pecho. La perra se convierte en loba. Y aulla, tan alto, y con tanta fuerza, que las consecuencias no encuentran los límites. Tony Richardson filma (Satán mediante) una de las películas más endiabladas que he visto. Tan ambigua y abstracta como el propio amor atrapado en un corazón que se abre por primera vez la pasión. Michael Haneke la habría firmado sin dudarlo. Inmensa.
Caith_Sith
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